A Sálvame le han advertido de que o adecuan sus contenidos al horario infantil o les multan. Una amenaza inútil y zafia porque es un programa que lleva desde 2009 y se ha ido forjando precisamente con la permisividad. Sus contenidos poco aportan a quien lo ve, vale, pero la gente lo sigue viendo a pesar de todo. Jorge Javier se ha convertido en el mago de un grupo de milicianos de la tele cuyo cometido conocen a la perfección: abrir en canal pequeñas inmundicias personales sobre todo tipo de personajes públicos. Su especialidad es también volver a hacer públicos personajes que ya habían sido olvidados para devorarlos en una o varias de sus sesiones en las tarde de Telecinco. Pedirles después de casi seis años que rebajen sus contenidos es tan idiota como instar a los de La Legión que no sean tan ostentosos en los saludos, se corten las barbas y además que ni se les ocurra sacar la cabra a desfilar. Aunque para chapuzas y milicianos la entrevista en TVE a Pablo Iglesias. Ahora se ha conocido la grabación de los momentos previos en el que el director del programa, Sergio Martín, prevenía a sus tertulianos. “Buen rollo. Que no se diga luego que es una encerrona”, decía al estilo mafioso. Vamos a darle estopa pero que no se note. Ahora tras la encerrona, parece que se ha camuflado, Martín practica el silencio y sonríe. Ha adoptado aquella frase de la reclusa Isabel Pantoja: “dientes, dientes, que es lo que más les jode”.
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