bilbao- Su amplia experiencia como reportero podría valerle el título de todoterreno a pie de calle. A pesar de haberse criado en Tolosa, Xabier Mendia (Bilbao, 1977) se confiesa “bastante urbanita” y, quizás por ello, un ferviente adepto de la Aste Nagusia bilbaina. A la espera de que llegue la fecha señalada, recorrerá gran parte de Euskal Herria con un micrófono en mano para conducir Sin ir más lejos. Este verano. Tras una semana de emisión, Mendia ya está preparado para un intensivo de San Fermines en Iruñea, donde no le cabe duda de que todas sus camiseta acabarán rociadas de vino barato.
El programa se llama Sin ir más lejos y qué verdad, ¿no? Porque no hace falta ir demasiado lejos para disfrutar de las mejores fiestas...
-¡Aquí no paramos! Desde de que empieza el verano hasta que empieza el otoño tenemos fiestas en todos los barrios, pueblos... No hace falta irse muy lejos para tener un plan todos los días, o incluso más de uno.
Cualquiera diría que lo suyo es un trabajo, ¡siempre de fiesta en fiesta!
-(Risas) ¡Pero es un trabajo! Llegas a los pueblos y la gente está de fiesta, literalmente. Cada uno la vive a su manera y nosotros vamos a trabajar. Es duro porque muchas veces te gustaría meterte de cabeza, pero tienes que cumplir con la obligación.
Por lo menos el programa solo cubre los festejos durante el día...
-Sí, esta semana hemos estado en Portugalete, en la Virgen de la Guía, que está genial. Empieza por la mañana, tienes todo el día y al día siguiente puedes ir a trabajar. Yo soy más partidario, a mi edad, de ir a ese tipo de fiestas. Mis épocas de grandes parrandas se han acabado.
Como avezado reportero, ¿qué es lo que más le gusta de su trabajo?
-Lo que más me gusta es estar a pie de calle, no soy un periodista de redacción. De hecho, no sé hasta qué punto me consideraría periodista en el sentido estricto de la palabra. Me gusta la calle, mucha gente te viene a hablar; y en fiestas puede haber gente que esté perjudicada, pero te hablan con cariño y respeto.
¿Qué destacaría del ambiente festivo de Euskal Herria?
-Es sano. Sales sin miedo y prácticamente puedes salir hasta sin dinero, porque si no encuentras a alguien conocido, encontrarás una cuadrilla, da igual de dónde seas.
¿Y qué hay del abuso del alcohol en este tipo de eventos?
-Eso ha existido siempre y existirá. Es un problema, sobre todo para los que vienen por detrás. En ocasiones los ejemplos que ven no son los mejores. Es una parte de la fiesta que habría que controlar. Está muy bien tomarte tus cervezas, tus vinos y tus copas, pero hasta el punto en que tu libertad choca con la del vecino.
Precisamente las fiestas suelen ser una excusa para los excesos.
-Nos excedemos en todo. Deberíamos hacer una reflexión, sé que la gente está fastidiada; tenemos un día a día que no es nada agradable y cuando vemos un rayo de luz, una fiesta, nos olvidamos de todo y rompemos las cadenas. Pero deberíamos ser un poco más consecuentes.
¿Tiene la sensación de que la gente necesita salir más?
-Yo creo que sí, la gente necesita alegría. Aparte de este hago otro tipo de programas como Sin ir más lejos, con Silvia Intxaurrondo o Klaudio Landa, donde se ve que la gente las está pasando canutas.
Tratándose de un espacio en directo, ¿cómo se las arreglan con los espontáneos?
-Con mucha cintura. No puedes ser grosero; nosotros trabajamos de cara al público. El año pasado nos pasó en las fiestas grandes; se nos acercaban demasiado. Si veo que no se va a quitar lo engancho del hombro, lo arrimo y que sea parte del programa.
Improvisación, al fin y al cabo.
-La improvisación es total, desde que empezamos a las 14:25 hasta las 14:55 que se acaba. Tenemos un esquema, fuera de ahí que sea lo que sea.
¿Siente predilección por alguna fiesta en concreto?
-Por Aste Nagusia de Bilbao de día, no tengo ni la más mínima duda. Empezar a la hora del poteo por el Arenal, las Siete Calles... y estar por ahí. Una vez que suenan los fuegos, tomarte la última esperando a que el metro se libere un poco y retirada para casa. Ese es mi plan perfecto.
¿Y a sus amigos de Tolosa que les parece que se decante por la Aste Nagusia bilbaina?
-(Risas) Es un tópico lo que se dice de la Aste Nagusia donostiarra. En los últimos años, con el trabajo de los de Piratak, se está haciendo un gran trabajo para que sea una fiesta popular. Están en el camino y lo conseguirán. ¿Mis amigos de Tolosa qué pensarán? Saben como soy y me quieren así. También disfruto mucho, obviamente, en Carnavales de Tolosa.
Con una semana de emisión, ¿ya tienen alguna anécdota?
-La anécdotas son las del día a día. El año pasado, por ejemplo, a un minuto de empezar el programa se cerró el cielo sobre Gasteiz, empezó una tormenta enorme y solo pudimos retomar el programa a falta de dos minutos de terminarlo, simplemente para decir “hola y agur”.