LA cara de terror de Monserrat Caballé podría ser el resumen del año, pero hay otras imágenes lo caracterizan. La peineta de Barcenas al respetable sería otra de esas instantáneas que lo dicen todo. Como habla por sí mismo el anuncio de Navidad de Campofrío, en el que de manera tan nostálgica y navideña se pinta la españolidad de sus chorizos y embutidos. Resulta que se sabe que detrás de la marca hay capital chino y mexicano. Menuda lección de economía. Y para lecciones, las que se aprenden viendo cocinar a la peña por televisión. Ahora les toca el turno a los chicos. Una cuadrilla de actores listillos que lo mismo podrían hacer un pastel que recitar un monólogo de El rey León sin pestañear con tal de llamar la atención. Los 16 chavales de MasterChef Júnior tienen el mismo jurado que en su día tuvieron los mayores: Samantha Vallejo-Najera, Pepe Rodríguez Rey y Jordi Cruz. Ya saben que estos dos úlitmos son los que acompañarán a Anne Igartiburu en las uvas y las campanas que TVE tiene por costumbre mezclar desde la Puerta del Sol de Madrid, que más que un lugar físico se convierte en referencia de la memoria para los que ya tenemos unos años y recordamos otras Navidades con nostalgia. Pero también con la desesperación de estar al borde del 2014 y escuchar la bajeza del ministro de economía Montoro al decir que la subida del IVA no afecta a la cultura. Una cultura que cada día se aleja más del mundo de la televisión y, ya ven, sólo aparece con cara de terror en los anuncios de lotería. Qué país. Se acaba el año y lo que empieza tiene pintas de parecerse a lo que hemos ido haciendo en este. Pedrerol ya ha encontrado en Nitro su lugar para montar el chiringuito de la despreocupación futbolística. Hasta los que disfrutamos con el fútbol no tenemos otra que reconocer que con este deporte o lo que sea, se nos va la olla.
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