EXISTE la llamada Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios. Y esta semana ha hablado aprovechando que la mayoría de las cadenas han comenzado el curso con la nueva programación. Resulta que los programas del prime time cada día comienzan más tarde y su final nos lleva a las tantas de la madrugada. La Comisión ruega encarecidamente que en estos momentos en los que tenemos que remar el doble no nos hagan trasnochar tanto porque al día siguiente no vamos a rendir en el curro. Vamos, eso el que tenga. Porque a los millones de parados que en este momento son, apenas les queda la televisión para echar el rato. Y más ahora que proliferan los programas de buenos sentimientos como el empalagoso Entre Todos que presenta Toni Moreno convirtiendo la sobremesa en una auténtica pesadilla. Esas llamadas estarían bien si fuera un comercio regulado pero el hecho de que una tele pública apueste por la caridad en pleno siglo XXI no deja de ser inquietante.

Luego está el Ciudadanos de Julia Otero. Infinitamente más interesante aunque los resultados de audiencia no le inviten al optimismo. Otero lleva muchos años en las ondas y no esquiva su aparición en la tele. Es una de las grandes de la comunicación pero se le ve cambiada. En este formato de varios frentes abiertos recuerda un poco a Mercedes Milá. ¿Quién imita a quien? No sé. Lo cierto es que la crisis está cambiando el tono y el contenido de los programas de televisión . Quizás por eso sea el momento para que vuelvan las grandes pesos pesados que están en la excedencia. Ha vuelto, un poco bajo de forma, Javier Sardá. Suponemos que conforme avancen los programas irá cogiendo tono. Ahora falta que Buenafuente regrese al prime time; aunque tengamos que trasnochar un poco y la Comisión nos abronque, la tele le necesita.