POR segundo año consecutivo Campofrío ha conseguido quitarle la notoriedad de la publicidad televisiva al "Vuelve a casa vuelve" del turrón El Almendro y a las burbujas de Freixenet alas que por fin Bigas Luna ha conseguido cambiar las estrellas de Hollywood por las personas normales, que supuestamente serán los que brindarán y se beberán el cava que anuncian. Pero es que ayer estalló el spot de Campofrio titulado El curriculum de todos, que es obra de Itziar Bollain pero que parece una de las historias del cine de la transición de Berlanga, Camus o el maestro de guionistas, el recientemente fallecido José Luis Borau. Está protagonizado por Fofito: el payaso con la sonrisa más triste de la televisión de nuestra infancia. Supongo que lo que pretende es vender embutidos pero lo que consigue es tocar la fibra de lo injusta que está siendo esta crisis con lo más desfavorecidos. Al fin un mensaje social. Sí pero la responsabilidad la manda para el extranjero. La culpa es de los bancos americanos y de Alemania. En fin. Esa vuelta atrás a Pepe Isber gritando con su voz aguda y cascada aquello de.: "os aseguro que para pagar esto ni un céntimo ha salido de las arcas públicas, porque como todos sabéis en las arcas jamás ha habido un céntimo". Volvemos a Bienvenido Mister Marshall cuando creíamos ya estar a la altura del último filme de George Clooney. Y quizás eso sea lo mejor de este anuncio. Una paradoja lo de querer vender chorizos a fuerza de echarle la culpa a Angela Merkel. No sé. Dicen que detrás de este fenómeno publicitario, que ardía ayer las redes sociales, hay un gesto solidario. Bueno, pues qué bien. Esa manera en que se habla del euskera, el gallego, el catalán y Chus Lampreave reclama el bable, me suena a lo que nos aguarda en los nuevos libros de historia de ha mandado hacer Mariano Rajoy.