Vitoria. Lleva doce años transformándose en Vilches, uno de los médicos veteranos de Hospital Central. Dice que la serie tiene una factura impecable y que ese mundo de sentimientos encontrados que se pueden vivir en una unidad de urgencias es lo que anima al espectador a seguir fiel a esta ficción. En la vida real nunca sería médico, se declara mal paciente y no le gusta nada llevarse los problemas a casa. Ha decidido no compaginar teatro y televisión porque quiere tiempo para disfrutar y estar con la familia, entiende que el teatro nunca se abandona. Está seguro de que volverá en breve. En el futuro le gustaría interpretar a un personaje diferente.
Veinte temporadas parece un milagro hoy en día, ¿no?
Es un puntazo para cualquier actor, productora o cadena. Hospital Central lleva tanto tiempo porque los espectadores siguen dándole su apoyo.
¿Qué tiene esta popular serie, que sigue enganchando a los espectadores después de doce años?
Es una serie con una factura impecable de guion, dirección y producción. Toca sentimientos; la gente sufre, ríe, se salva de una enfermedad y tiene dramas personales de relaciones entre los actores.
Dejó la serie y volvió, una forma de trabajar flexible, ¿no?
Sí, es flexible a la hora de trabajar. Hace cuatro años -llevábamos ocho-, estaba un poco saturado de Vilches, mi personaje; ya no sabía qué hacer con él. Además, me surgió una producción de teatro y quise atacar la obra de forma más tranquila. Después me plantearon mi vuelta y no tuve dudas.
Una serie que lleva tanto tiempo es una especie de seguro laboral, ¿no le parece?
Si la serie no tuviera vida, no estaríamos ninguno trabajando en ella. No se trata de tener una seguridad laboral, que sí es importante y más en estos tiempos, te tiene que convencer y tienes que estar a gusto en las tramas que te toca interpretar. Si no es así, mejor no estás, el espectador nota enseguida los altibajos.
¿En la calle también es Vilches?
Sí, por supuesto. Son doce años con un mismo personaje y a la gente le interesa más a quién interpretas tú que quién eres. Por la calle soy Vilches y estoy encantado, significa que el espectador me identifica plenamente con mi papel. El que quiera saber cómo me llamo, lo tiene fácil.
¿Sigue siendo tan mal paciente como cuando empezó la serie?
Peor, cuando nos vamos haciendo mayores somos peores, no nos gusta sufrir ni que nos duela nada y tienes miedo a lo que pueda pasar.
¿Imposible haber sido médico?
Imposible totalmente, la Medicina es una de esas profesiones en las que no desconectas, que te llevas el trabajo a casa; sobre todo cuando tratas temas con niños, tiene que ser muy duro que un niño se te muera; eso te lo llevas a casa si eres médico.
Supongo que después de tanto tiempo en una misma serie le gustaría cambiar de personaje.
A los actores nos gusta interpretar papeles diferentes, es riqueza para nosotros. Tal y como están las cosas y si la serie continúa, estaré encantado si quieren contar con mis servicios. Si esto no es así, me gustaría hacer un papel diferente al de Vilches.
¿Qué tal va con el teatro, un medio que dice que le apasiona?
Vamos muy parados porque yo he tomado la decisión de no compaginar teatro y televisión. Cuando haces las dos cosas y tienes giras no hay días libres y no tienes tiempo para ti. Hace un par de años decidí parar el teatro. Quizá para el año que viene pueda hacer algo. El teatro es un medio que los actores nunca abandonamos, aunque descansemos de él, siempre volvemos.
¿Es un hombre de contradicciones?
Alguna tendré, pero por lo general no, creo que no… ¿Por qué voy a ser contradictorio?
Porque nace en Barcelona y su equipo es el Athletic...
Ja, ja, ja… cierto soy de Barcelona y soy del Athletic. Pero tiene una explicación, mi padre era vasco y yo he seguido en fútbol la tradición paterna. En mi casa somos todos rojiblancos. Considero que es un equipo con mucho mérito, con jugadores de casa y que nunca ha bajado a Segunda. Espero que se mantenga ahí y que nos siga dando las alegrías que nos ha dado a lo largo de su historia.