Vitoria. El lunes comienza Vaya semanita, cambio radical. Es la novena temporada de un programa que regresa a las pantallas del segundo canal de Euskal Telebista totalmente reformado. Nuevos actores y nuevos personajes se funden en un título tradicional en la parrilla de la cadena. Supone el regreso de Maribel Salas, una actriz que participó en las dos primeras ediciones y que es reconocida por los espectadores como la madre de los Sánchez o la Maite. Los que se enganchen a esta nueva entrega tendrán que cambiar el chip, porque ahora, entre otros papeles, interpretará a una megaoperada que no niega la cirugía estética que se ha hecho y que quiere conservar la lozanía de los veinte años.
Es como el regreso de la hija pródiga del programa, vuelve siete temporadas después.
Así es. Y como en el hijo pródigo me siento encantada, en el regreso a casa me han acogido con muchísimo cariño. Estoy muy feliz, es volver a casa, volver con mi familia.
Hace seis años, un grupo de actores de 'Vaya semanita' decidió abandonarlo en bloque, entre ellos usted. ¿Se ha arrepentido alguna vez de la decisión que tomó?
No, las cosas pasan, las asumes. No me arrepentí porque iba con un montón de compañeros muy queridos y con otro equipo. Mi tiempo en Vaya semanita lo considero imprescindible en mi vida. Me permitió conocer a gente maravillosa y estar en el programa estrella de ETB.
Ha participado en más programas de humor, pero pocos han triunfado como este. ¿Qué motivos cree que hay para que fracasen formatos similares?
Ha habido varios intentos de trasladarlo a otras televisiones y todos han tenido su recorrido, pero, la verdad, ninguna ha sido tan largo y fructífero como Vaya semanita. No sé cuál es la razón, hay quien piensa que extrapolar este humor es difícil, aunque yo creo que no es para tanto, que es un humor bastante entendible. Hay cosas que son misteriosas.
¿Sigue llevando a cuestas el sambenito de la madre de los Sánchez o el de la Maite?
La gente por la calle me sigue llamando la madre del txaraina o la Maite. Son personajes que los llevo con muchísimo orgullo, estoy encantada. Ahora empiezo esta nueva etapa con otros personajes, soy la megaoperada, veremos cuál de todos pesa más.
Vistas las imágenes de la megaoperada, los resultados son pésimos, aunque su personaje se vea estupenda.
Se han pasado. Representa con humor a las personas que no saben poner límite, creo que eso engancha... Es cierto, se ve estupenda,
¿Va a correr ese riesgo?
Espero que no me posea el personaje, sería terrible.
Mírese al espejo, ¿se operaría de algo?
La verdad es que no me veo ninguna cosa espacial para ir a un quirófano, quizá los años...
¿La edad tiene un pase quirúrgico?
Creo que eso no se opera. A lo mejor me quitaría unos diez añitos...
¿Es de las que resta o suma años? ¿Miente con la edad?
Un poquito, sólo a veces. Sí llevo mal lo de cumplir años, pero el caso es que me veo bien. Con espíritu y cabeza de gente joven, con ganas de luchar y de divertirme.
¿Le sorprendió la llamada de Pausoka y ETB para incorporarse a la nueva etapa de 'Vaya semanita'?
La verdad es que yo con ellos sí había seguido trabajando, estuve en Euskolegas. Javier García de Vicuña me llamó para ¡Vaya tropa!, era también una producción de Pausoka. No he dejado de hacer cositas con ellos. Pero sí, la vuelta de Vaya semanita me supuso un choque, fue como volver a abrir una etapa que pensaba que estaba cerrada.
¿Dudó en algún momento?
No. Para nada, el equipo humano, la dirección y el equipo técnico que forman Vaya semanita son mi familia, no tengo ninguna duda.
Usted abandonó 'Vaya semanita' para incorporarse a 'Made in China', ¿por qué cree que no tuvo éxito el programa?
Pasan cosas, por ejemplo las horas a las que se programó. Íbamos después de otro programa de humor que duraba hora y media, el de Cruz y Raya, era un viernes por la noche, el público es de más edad... Creo que fue por eso. Con el tiempo, veo el espacio y creo que es un humor entendible. Nunca se sabe.
¿Es de las que vuelve la mirada atrás? ¿Se arrepiente de las cosas que no salen bien?
Siempre miro hacia delante, pero guardo recuerdos sobre los fracasos y los triunfos.
¿Ha seguido viendo 'Vaya semanita' después de haberlo dejado?
La verdad es que al principio no. Me tocó vivir en Madrid una temporada larga y veía los sketches. Cuando venía aquí procuraba ver el programa porque tengo un montón de amigos y compañeros.
'Vaya semanita' fomentó un nuevo sentido del humor y por primera vez se veía en la televisión pública humor político referente a Euskadi.
Era tan necesario... Era el momento coyuntural preciso para hacerlo. Fue el tiempo ideal para que naciera Vaya semanita. Necesitábamos sacar fuera ese sentido del humor sobre algunas cosas que a veces reprimíamos.
El cambio radical que se la ha dado al programa esta temporada deja de lado esta faceta. ¿Es el momento coyuntural para hacerlo?
Las cosas han cambiado, el panorama en Euskadi, gracias a Dios, es distinto. Hemos tenido una buena noticia hace poco y esas cosas tienden a normalizar el tema político en este país.
A los espectadores les gustaba el tema político. ¿Cómo creen que van a reaccionar?
Eso nunca se sabe. A veces los programas son igual de buenos y no cuajan. Falta poco para que veamos cómo es la acogida. Esperamos que los cambien gusten a los espectadores, se han hecho para ellos. Se trata de vivir con lo que somos y no darle tampoco demasiado protagonismo al humor político, de hacer otro tipo de cosas y ofrecer otro tipo de humor que aquí tenemos.