HAY frases recurrentes que puede que funcionen en televisión, pero que aburren por su repetición. Una de ellas es la manía que tienen los cómicos de meterse con Falete, al que por cierto apenas se le da pábulo en televisión a no ser que sea para ponerlo a parir. Falete es sinónimo de lo peor, aparece en todos los monólogos, da igual que el chiste lo cuenten en, por poner algún ejemplo cercano, ETB o los más alejados de La Sexta o Cuatro. Pero la realidad televisiva tiene otros nombres y otros protagonistas que estaría bien si comenzaran a sustituir a los faletes que tanto se mencionan. El presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, sin ir más lejos. Con el nuevo curso aparecerá en Telecinco, en El programa de Ana Rosa Quintana. O eso informan desde su Gobierno. Se ve que les hace gracia tener al presidente largando cantabrismo, o lo que haga falta, por televisión. Lo de este hombre comienza a ser de estudio. No queda claro si su objetivo al aparecer en los medios es una manera de ahorrarse recursos en publicidad o, por el contrario, puro exhibicionismo mediático. Está claro que Revilla como personaje da juego, entra al trapo de las cuestiones de actualidad y, de paso, arrima el ascua a su sardina. El tema es si cunde el ejemplo y en los cursos venideros las tertulias de televisión cuentan con todos los presidentes hablando en general de, qué se yo, la caída de la bolsa, el paro, la burbuja económica, etc. Pero hablando tan en general, digo, y ni mu de los problemas que deberían estar solucionando. A este paso y como cunda el ejemplo Revilla, las tareas de presidente de una comunidad autónoma consistirán en alcanzar el caché para que te llamen en televisión. Uno comienza con Ana Rosa y acaba en Sálvame con apenas dar un salto y vender unas latas de anchoa. Vamos, que puede sonar más que Falete en los chistes de Berta y Florentino a media tarde.