En general, conviene ir cediendo el mando para que el tema no se disgregue. En el caso de la tele lo que ocurre cuando alguien acapara todo el poder y las decisiones es que el resto se larga. Se busca otra afición o directamente se compra otra tele para ponerla en su cuarto. Así el número de televisiones por vivienda anda cercano al de ciudadanos. Pero ver la tele en soledad es un doble mal ejercicio. Te aísla; te sume en tus cuitas más deprimentes y pierdes la interactividad que te proporciona el poder comentar las jugadas televisivas. Que es lo que se puedo conseguir yo que no domino el euskera. Necesito pactar con mis retoños para que nos pongan al día en Go!zen que ponen en ETB1. La serie posee todo para ser atractiva: realización y personajes creíbles. Como Desy, esa niña pija que se compraba la ropa de marca en el mercadillo y le pillan la etiqueta en el baño. "¿Qué ha dicho?", pregunto. "Begira zer ikusi dut: made in China". "¿Qué?", "que la camiseta es de China". "Vale, vale". Go!zen es el ejemplo de que la series pegadas a la realidad funcionan y tienen tirón si hablan de los temas que se manejan en la calle o en el patio del colegio. Esa apuesta por el euskera es lo que la hace diferente y más auténtica. Seguramente si la tradujeran alcanzaría una difusión superior, pero poco aportaría a la difusión del euskera. Con lo que está lloviendo pedir que se incremente la apuesta sobre ETB1 puede parecer algo iluso. Seguramente los que nunca llegaremos a manejarnos en euskera podríamos arrojar la toalla y pedir que nos los traduzcan. Como también es posible que unos cuantos pudiéramos enterarnos de más datos si la retransmisión de Pilota tampoco la hicieran en euskera. Qué quieren que les diga: hay cosas que tienen su propio lenguaje y traducidas ya no serían ya lo mismo.