Poder crecer en una familia diferente a la que te vio nacer es la mejor alternativa para los niños y niñas que han sufrido violencia y situaciones adversas en la infancia, que han acumulado sufrimiento, dolor y trauma. A esta alternativa se le llama acogimiento familiar, y tiene diversas formas por su duración y por el tipo de familia. Lo que todas tienen en común es el beneficio para la salud física y emocional.

El acogimiento familiar mejora el bienestar de menores en situación de desprotección

En Álava, el Programa de Apoyo al Acogimiento Familiar (Paafa), promovido por la Diputación Foral, tiene como objetivo ofrecer a estos niños y niñas un entorno familiar estable que garantice sus derechos y atienda sus necesidades básicas.

Los menores que acceden al acogimiento han experimentado adversidades que afectan a su desarrollo físico, emocional y social. Al incorporarse a una familia de acogida, se sientan las bases para un futuro más pleno desde la presencia, la constancia, la incondicionalidad, y el cariño.

El acogimiento no sustituye a la familia de origen, pero permite que el menor conviva en un entorno seguro mientras esta no puede ejercer su función.

Entre los beneficios observados, se destacan mejoras en la salud física: algunos menores presentan una ganancia o una regulación del peso, otros recuperan movilidad, mejoran afecciones cutáneas o muestran avances en problemas de salud específicos. También se han documentado progresos en el desarrollo del lenguaje y en la interacción con sus cuidadores, como la aparición del contacto visual.

El entorno familiar facilita el acceso a una alimentación adecuada, atención médica, apoyo escolar y actividades de ocio.

Todos estos elementos contribuyen a su desarrollo integral y mejora sus perspectivas educativas. Además, favorece el establecimiento de un apego seguro, un aspecto clave para su bienestar emocional y para la formación de relaciones saludables en el futuro.

El acogimiento también influye positivamente en la vida cotidiana del menor. Su incorporación a una dinámica familiar contribuye a normalizar relaciones en el ámbito escolar y social. Asimismo, el entorno ofrece valores de convivencia, respeto y tolerancia, que actúan como factores protectores frente a posibles dificultades en etapas posteriores de su desarrollo.

Por otra parte, las familias de acogida también reconocen los beneficios derivados de esta experiencia. Aunque pueden surgir momentos de desgaste físico o emocional, la mayoría afirma que se trata de una vivencia enriquecedora. Su motivación suele estar ligada a valores como la solidaridad o la justicia social, y el acompañamiento a estos menores aporta un sentido de contribución significativa.

Todas las tipologías familiares pueden acoger. El programa Paafa proporciona información y acompañamiento a quienes estén interesados. Para ello, se puede contactar a través del teléfono 945 77 30 52 o del correo electrónico acogimiento@araba.eus.