Disfrutar entre las ramas

Una tabla, un palo o una cuerda, todo servía para construir una casa para pasar el tiempo en el pueblo. Un juego que hace tres años se trasformó en una empresa que diseña y fabrica cabañas que se colocan en los árboles. Uno de sus socios es Diego Peña, que vive entre Corowai y su profesión de psicólogo.

Todo comenzó cuando un amigo de uno de los socios les pidió que le ayudaran a construir su propia cabaña. Tras ese pedido comenzaron a darle vueltas a la idea de que quizá más gente podía estar interesada en lo mismo. “Empezamos a pensar en cómo podríamos hacer para estandarizar la construcción de este tipo de cabañas y ha sido un proceso muy largo, de muchas pruebas, homologaciones, sobre todo porque en este momento no vivimos solo del proyecto”, cuenta.

Las cabañas que ocupan parte del tiempo de Diego son para “mimetizarse con los árboles, observar aves, jugar, leer o echar la siesta”. “Nos gusta conocer el entorno en el que se va a montar para que la cabaña se adapte lo mejor posible porque el respeto del entorno es fundamental”, destaca mientras señala que también es importante “aprovechar el proceso de montaje para disfrutarlo como una actividad familiar en la que se estrecha el vínculo entre las personas”. De hecho, el nombre de las cabañas está inspirado en los Korowai, una tribu aborigen de Nueva Guinea que construye sus casas en lo alto de los árboles para defenderse de los animales y en cuya construcción participa todo el vecindario”.

TRAYECTORIA

Hace tres años , cuatro emprendedores se unieron para fundar una empresa que fabrica y diseña cabañas de madera. Corowai, que también realiza proyectos personalizados, se encuentra en pleno proceso de expansión comercial en España.

FUTURO

El margen de crecimiento de la empresa es muy grande y la labor de Diego para conseguirlo es fundamental y él lo sabe.