La lectura en casa y en la escuela, un apoyo clave para estudiantes
La colaboración entre familias y centros educativos refuerza la comprensión lectora y el desarrollo personal de niños y jóvenes
Hay escenas que se repiten en muchos hogares: una persona adulta que lee en voz baja con una niña o un niño, alguien que se atasca en un párrafo y vuelve a intentarlo, un libro que pasa de una mochila a otra. Son momentos sencillos, casi invisibles, pero quienes trabajan cerca de la infancia saben que ahí ocurre algo importante. Leer es mucho más que una habilidad escolar. Ayuda a que niñas y niños pongan orden en lo que sienten, comprendan mejor qué les preocupa y encuentren palabras para ideas que aún no saben explicar.
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En los últimos años, el Departamento de Educación del Gobierno Vasco ha reforzado la estrategia de lectura que anima a las escuelas e institutos a proteger el tiempo dedicado a esta actividad y a revisar cómo trabajan la comprensión lectora. También ha puesto a disposición del profesorado herramientas para observar de forma individual el progreso en los primeros cursos, lo que contribuye a la detección temprana de dificultades y a la organización de apoyo con mayor criterio.
Entre los centros educativos que se comprometen día a día con este objetivo se encuentra el IES Salburua BHI, situado en Vitoria-Gasteiz. “Es fundamental fomentar la afición a la lectura. En muchas ocasiones, la base del aprendizaje proviene de textos escritos, por lo que adquirir una buena comprensión lectora hace que los estudiantes tengan una mayor facilidad para asimilar conceptos en otras asignaturas”, argumenta el director, Andrés Etxebarria.
"Adquirir una buena comprensión lectora hace que los estudiantes tengan una mayor facilidad para asimilar conceptos en otras asignaturas”
El enfoque del centro educativo en esta materia va más allá de simplemente impulsar el hábito entre los alumnos y alumnas. “La lectura se trabaja. Esa es la manera de cerciorarse de si ellos han comprendido de verdad lo que han leído. Por eso, nosotros llevamos a cabo sesiones de lectura dialógica en la que leemos textos con el alumnado y después los comentamos e intercambiamos impresiones”, amplía.
Aprendizaje más allá de las horas lectivas
El sistema educativo vasco ha diseñado programas y espacios de apoyo fuera del horario lectivo pensados para quienes presentan ciertas complicaciones con la lectura. En estos grupos se trabaja la lectura, se ordenan tareas y se refuerzan hábitos que aportan seguridad. “Un ejemplo de ello es la iniciativa e-Indartuz en la que estamos participando. Se trata de clases de refuerzo impartidas por las tardes con el fin de que el alumnado mejore su competencia matemática y la de comprensión y lectura”, explica Etxebarria.
Asimismo, el IES Salburua BHI es uno de los centros integrados en el programa Eraldatzen. “Entre las estrategias de mejora que hemos puesto en marcha destaca la creación de una mediateca en la que trabajamos la expresión oral y escrita, las exposiciones, la lectura y los ejercicios audiovisuales. Por otro lado, tenemos un sistema de préstamo de libros que está recibiendo una buena acogida”, señala el director.
Otra propuesta promovida por el Gobierno Vasco con fines lúdicos, pedagógicos y culturales es Elibrum, que permite al alumnado elegir qué quiere leer y recoger el libro en la biblioteca municipal, de modo que niños y jóvenes se acerquen a estos lugares por motivación propia. El proyecto nació como piloto en un grupo de centros públicos y se va extendiendo de forma gradual gracias a la colaboración entre escuelas y personal bibliotecario.
En todo este proceso el rol del profesorado es clave, puesto que son ellos quienes toman decisiones estratégicas sobre cómo encajar el tiempo de lectura cada día, cómo ajustar los textos al nivel del grupo o de qué manera respaldar a los estudiantes para que nadie se quede atrás. Aunque los primeros esfuerzos prácticos ocurren en el aula, existen equipos de orientación y asesoramiento del Berritzegune que cooperan conjuntamente con los colegios e institutos.
"Animamos a las familias a que lean en casa, que compartan con sus hijos el placer de la lectura y que comenten lo que están leyendo”
‘Etxean ere’
Al mismo tiempo, el trabajo que se hace en casa es igual de importante. “Debemos pensar que un alumno de la E.S.O pasa en el centro unas treinta horas semanales repartidas entre todas las asignaturas, por lo que el contacto que tiene con la lecturas en ese margen es limitado. Aparte, la mayoría de estudiantes aprenden de lo que ven a su alrededor, por lo que nosotros animamos a las familias a que lean en casa, que compartan con sus hijos el placer de la lectura y que comenten lo que están leyendo”, defiende Etxebarria. El profesional recalca que es necesario un esfuerzo común. “¿Cómo le voy a decir a mis hijos que lean si nunca me ven a mí leer en casa? A las familias solemos decirles que, siempre que puedan, se despeguen un poquito de la pantalla y cojan un libro”, afirma.
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