El Parlamento vasco abordará el próximo jueves el debate sobre la abolición "práctica y efectiva" de la tauromaquia en Euskadi reclamada por Sumar a través de una proposición no de ley con la que pretende que los espectáculos taurinos no tengan apoyo ni financiación pública. La coalición de izquierdas argumenta que más del 70% de los vascos rechaza los espectáculos taurinos, mientras que entre los jóvenes el porcentaje asciende al 85%.
Con su iniciativa, Sumar busca que la Cámara declare que la tauromaquia "no constituye expresión alguna de la cultura vasca contemporánea", y proclame su compromiso de orientar la acción institucional hacia su "abolición efectiva, en coherencia con los valores de respeto, dignidad y bienestar animal que inspiran la sociedad" en Euskadi.
Por ello, insta al Gobierno Vasco a aprobar, mediante acuerdo del Consejo de Gobierno, una declaración institucional a estos efectos, en la que se establezca que la tauromaquia no será "objeto de reconocimiento ni fomento por parte" de la Administración en Euskadi ni de su sector público.
En coherencia con la Ley 6/2019, de Patrimonio Cultural Vasco, también reclama que "fijen criterios interpretativos y de gestión que excluyan su acceso a los instrumentos autonómicos de protección, registro, inventario, promoción o financiación cultural".
Además, solicita que se "oriente la acción pública hacia su abolición efectiva en Euskadi mediante el ejercicio de las competencias en protección animal, espectáculos públicos, salud pública, protección de menores, consumo y cultura, sin perjuicio de la normativa y la doctrina constitucional aplicables".
La coalición de izquierdas pretende que, en el plazo máximo de seis meses, se remita un proyecto de modificación de la Ley vasca 9/2022, de protección de los animales domésticos -cuyo artículo 1 extiende su ámbito a animales silvestres en cautividad o bajo control humano y animales silvestres urbanos- para "su aplicación a todo espectáculo público con animales, incluyendo el bovino de lidia en tanto animal bajo control humano".
Asimismo, considera que se debe incorporar una cláusula de "bienestar reforzado que prohíba causar lesiones, dolor, sufrimiento, estrés evitable o muerte de animales en eventos de pública concurrencia"; y tipificar como infracciones muy graves las prácticas consistentes en instrumentos cortopunzantes o lacerantes (puya, banderillas, rejón, estoque, descabello) "y en agotamiento extremo".
Sumar exige que se agrave el régimen sancionador con multas disuasorias, inhabilitación y pérdida de licencia o inscripción por reincidencia, con responsabilidad solidaria de organizadores, titulares de recintos, promotores y ganaderías; y crear un registro vasco de espectáculos con animales y un portal de transparencia con publicación de autorizaciones, informes veterinarios, incidencias y sanciones.
Otra propuesta de Sumar es acometer la reforma de la Ley 10/2015, de Espectáculos Públicos y Actividades Recreativas, introduciendo una cláusula transversal de bienestar animal como condición habilitante de toda autorización, de forma que se faculte expresamente a la autoridad competente para denegar, suspender o revocar eventos que no acrediten el cumplimiento material y verificable de esta cláusula; y prevea inspecciones 'in situ' con potestad de suspensión inmediata, medidas cautelares, fianzas y tasas específicas destinadas a cubrir íntegramente los costes públicos de seguridad, sanitarios y de inspección.
Otro de sus objetivos es la derogación del Decreto 183/2008 y aprobación de un Reglamento único de espectáculos con animales que establezca un régimen técnico-sanitario y de bienestar que garantice la "inexistencia de daño o sufrimiento, con especial atención a control veterinario, transparencia pública e inspección efectiva".
La iniciativa también busca la implantación, en el ámbito de las competencias en cultura y turismo y en coordinación con las Diputaciones forales, de una estrategia de no financiación ni promoción de espectáculos con animales que comporten sufrimiento, incorporando cláusulas de bienestar animal en todas las líneas de ayuda cultural, festiva y turística.
En este sentido, se prohibiría la cesión gratuita o ventajosa de espacios e infraestructuras públicas y la publicidad institucional, y fomentaría la sustitución de festejos taurinos por programaciones culturales alternativas, así como a la reconversión de plazas y activos hacia usos culturales, deportivos o comunitarios con impacto social y sostenibilidad.
La última de sus peticiones es que se impulse, en coordinación con las Diputaciones Forales y las entidades locales, un Pacto interinstitucional por "unas fiestas libres de crueldad animal, que incorpore compromisos verificables de no financiación ni cesión de espacios, respaldados por un sistema común de indicadores, un informe anual de seguimiento y mecanismos de verificación externa".
"ANACRONISMO"
Sumar defiende que la tauromaquia es un "anacronismo" y que las instituciones vascas tienen la obligación de "traducir en acción institucional una convicción que ya es mayoritaria entre la ciudadanía: que la tortura y la violencia contra los animales no merece reconocimiento ni financiación pública, y que su lugar pertenece al pasado, no al porvenir del país".
Según subraya, los datos son "elocuentes", ya que en 2023 se celebraron únicamente 13 corridas de toros en Euskadi, frente a las 16 del año anterior, "lo que confirma un declive sostenido desde hace más de una década".
La coalición de izquierdas apunta que el conjunto de espectáculos taurinos, incluyendo novilladas y festejos menores, se redujo a 26 eventos en todo Euskadi, aunque "persisten enclaves" como Bilbao, Donostia/San Sebastián o Azpeitia.
En todo caso, también señala que en Vista Alegre, en la capital vizcaína, la ocupación ha caído por debajo del 50%, y en la capital guipuzcoana "solo se logra sostener la feria con entradas de cortesía".
Citando estudios sectoriales, asegura que la tauromaquia representa menos del 0,01% del PIB vasco y depende en buena medida de espacios públicos. "Supone más coste que beneficio para la ciudadanía", ha resumido.
También ha enfatizado que en Euskadi existe una mayoría social y política contraria a la tauromaquia, tal como reflejan las encuestas recientes "que muestran que más del 70% de la población vasca rechaza los espectáculos taurinos, con porcentajes superiores al 85% entre la juventud", y es "una sensibilidad transversal que atraviesa ideologías y territorios, que se manifiesta en movilizaciones vecinales y en la acción de centenares de asociaciones animalistas y culturales".
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