Un nuevo estudio basado en encuestas sugiere que la 'curva de infelicidad' -un aumento ampliamente documentado de la preocupación, el estrés y la depresión con la edad, que alcanza su punto máximo en la mediana edad y luego disminuye- puede haber desaparecido, tal vez debido al deterioro de la salud mental entre los jóvenes.
Así lo indica el estudio que David Blanchflower, del Dartmouth College (Estados Unidos), y sus colegas han presentado en la revista 'PLOS One'. Desde 2008, se ha observado en los países desarrollados y en desarrollo de todo el mundo una tendencia en forma de U en el bienestar con la edad, en la que el bienestar tiende a disminuir desde la infancia hasta alrededor de los 50 años, antes de repuntar en la vejez. Los datos también han revelado una correspondiente infelicidad o curva de infelicidad.
Los datos recientes apuntan a un descenso mundial del bienestar entre los jóvenes, pero la mayoría de los estudios no han abordado directamente las posibles implicaciones de este pico de infelicidad.
Para ayudar a aclarar este aspecto, Blanchflower y sus colegas analizaron primero los datos de encuestas realizadas en Estados Unidos y Reino Unido que incluían preguntas sobre la salud mental de los participantes. Los datos de Estados Unidos incluían las respuestas de más de 10 millones de adultos encuestados por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades entre 1993 y 2024. Por su parte, los datos del Reino Unido abarcaban desde 2009 hasta 2023 y se recopilaron en el Estudio Longitudinal de Hogares del Reino Unido, en el que participan 40.000 hogares.
El análisis mostró que, en Estados Unidos y Reino Unido, la curva del malestar ha desaparecido, de modo que el malestar y la infelicidad tiende ahora a disminuir a lo largo de la vida. El malestar entre las personas de más de 40 años no cambió significativamente. En cambio, la desaparición de la curva parece deberse a un deterioro de la salud mental entre los jóvenes.
A continuación, los investigadores analizaron datos de casi dos millones de personas de 44 países, incluidos Estados Unidos, Reino Unido y España, procedentes de un estudio sobre salud mental denominado Global Minds. Estos datos, que abarcan los años 2020 a 2025, sugieren que la curva de infelicidad ha desaparecido en todo el mundo.
Las razones de la desaparición de la curva de infelicidad no están claras. Los autores sugieren varias posibilidades, entre ellas los efectos a largo plazo de la gran recesión en las perspectivas laborales de los jóvenes, la falta de financiación de los servicios de salud mental, los retos para la salud mental que plantea la pandemia de COVID-19 y el aumento del uso de las redes sociales. Se necesitan más investigaciones para determinar si alguno de estos u otros factores están influyendo.
"El nuestro es el primer artículo que demuestra que el deterioro de la salud mental de los jóvenes en los últimos años significa que, hoy en día, tanto en Estados Unidos como en el Reino Unido, el malestar mental es mayor entre los jóvenes y disminuye con la edad. Se trata de un cambio enorme con respecto al pasado, cuando el malestar mental alcanzaba su punto álgido en la mediana edad. Las razones de este cambio son controvertidas, pero lo que nos preocupa es que hoy en día existe una grave crisis de salud mental entre los jóvenes que es necesario abordar", finalizan los autores.
PROMOVER EL BIENESTAR
Por su parte, Maite Garaigordobil, doctora en Psicología, especialista en Psicología Clínica, catedrática de Evaluación y Diagnóstico Psicológicos de la Universidad del País Vasco (EHU) ha apostado por promover el bienestar a través de programas en centros educativos, a lo largo de toda la escolaridad incluida la universitaria.
"Los resultados subrayan la necesidad de programas de promoción de la salud mental en la juventud, tanto en la escuela como en la comunidad. En los centros educativos, mediante la promoción de espacios de diálogo donde el alumnado pueda expresar preocupaciones, temores, donde puedan hablar de sus problemas de salud mental con la finalidad de erradicar el estigma sobre la salud mental. Todo ello en colaboración con las familias y los profesionales de la salud para establecer redes de apoyo que trasciendan el ámbito escolar", ha señalado en declaraciones a SMC España la también académica de número en la Academia de Psicología de España.
Para Garaigordobil, el hallazgo de que el malestar decrece con la edad, pero comienza alto en la juventud, "evidencia que los y las adolescentes y jóvenes constituyen hoy un grupo vulnerable en términos de salud mental, lo que invita a reforzar el papel de la escuela como agente de protección y prevención".
"Los resultados sugieren que invertir en el bienestar y la salud mental del alumnado no solo mejora el clima escolar y el rendimiento académico, sino que garantiza un desarrollo humano más equilibrado y resiliente de las nuevas generaciones", ha añadido.
Igualmente, Eduard Vieta, catedrático de Psiquiatría de la Universidad de Barcelona, jefe del Servicio de Psiquiatría y Psicología del Hospital Clínic de Barcelona e investigador del Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (CIBERSAM), considera que "los resultados son novedosos y tienen implicaciones respecto a la percepción de la vida y la satisfacción con la misma, especialmente en los jóvenes".
"Los autores proponen una serie de factores que podrían explicar el malestar emocional de los jóvenes, algunos de los cuales, como el limitado poder económico y acceso a la vivienda, comparto, y especialmente el impacto de las redes sociales a través de los teléfonos inteligentes, que globalizan el malestar y radicalizan las percepciones sociales", ha finalizado.