La Guardia Civil ha detenido a un hombre por el presunto asesinato de los tres hermanos hallados sin vida y con signos de violencia el pasado jueves en su domicilio de la localidad madrileña de Morata de Tajuña. El arrestado había sido inquilino de las víctimas y es el mismo hombre que hace unos meses agredió a una de las fallecidas con un martillo.

Sobre las 00:30 horas de este lunes el hombre se ha entregado en las dependencias de la Guardia Civil del cercano municipio de Arganda del Rey y se le imputa un delito de homicidio doloso por las tres muertes. "Yo soy el que ha matado a los tres hermanos", ha afirmado al entregarse. Con todo, fuentes cercanas a esta declaración admiten a EFE que el arrestado incurrió en incongruencias en su relato de los hechos.

Esta previsto que los agentes del instituto armado registren esta tarde la casa del arrestado, de nacionalidad pakistaní y de 43 años de edad, para continuar con las pesquisas.

Los cuerpos de los tres fallecidos, Amelia, Pepe y Ángeles, de unos 70 años, fueron encontrados quemados, apilados y con restos de sangre sobre las 11:30 horas del pasado jueves.

Posible ajuste de cuentas

Los agentes de Homicidios del instituto armado, que han asumido la investigación y han practicado la detención, manejan, entre otras hipótesis, la de un posible ajuste de cuentas por las deudas que habían contraído estos familiares con algunos conocidos, según indicaron a EFE las fuentes consultadas.

El alcalde de Morata de Tajuña, Francisco Villalaín, aseguró que un hombre que alquiló durante meses una habitación en la casa de los hermanos tuvo un enfrentamiento con Amelia, por lo que fue detenido y sometido a un juicio rápido. Los vecinos aseguran que el inquilino era pakistaní, que agredió a la mujer con un martillo y que los hermanos le debían unos 60.000 euros. Ha sido precisamente este hombre el que ahora ha sido detenido por las muertes de los ancianos.

El inicio de los problemas económicos que pudieron desencadenar la muerte de los tres hermanos se remonta a años atrás, cuando Amelia y Ángeles supuestamente comenzaron a ser víctimas de una estafa amorosa a través de internet.

Según relataron sus allegados y vecinos, ellas mismas comentaban que mantenían una relación sentimental con dos militares estadounidenses en Afganistán a los que habían conocido a través de Facebook.

Supuesta herencia millonaria

Tiempo después, uno de ellos, quien decía llamarse Edward y empleaba una foto del excomandante de la OTAN Wesley Clark, aseguró que un compañero suyo había muerto y que él iba a ser el beneficiario de su millonaria herencia, que compartiría con las hermanas.

No obstante, antes necesitaba que ellas le ayudaran económicamente para costear los gastos sucesorios, a lo que accedieron, destinando mensualmente sus pensiones y dilapidando cerca de 400.000 euros, según apuntan amigos de la familia.

Arruinadas, las hermanas, naturales de Torre de Juan Abad (Ciudad Real) pero residentes en Morata de Tajuña desde hacía décadas, comenzaron a pedir dinero a sus vecinos y amigos, incluido el párroco de la localidad.

Ante sus negativas, y las advertencias de sus allegados acerca del engaño que estaban siendo víctimas, se comenzaron a aislar hasta que el pasado diciembre desaparecieron del pueblo.

Las persianas de su casa, situada en el número 3 de la Travesía del Calvario, estaban bajadas, ninguno contestaba al teléfono y los vecinos dieron por hechos que se habrían ido a Madrid sin avisar.

Cuerpos en descomposición

Pasadas varias semanas, y alertados por las recurrentes llamadas de los moradores de las viviendas colindantes denunciando el hedor, efectivos de Policía Judicial de Arganda del Rey de la Guardia Civil registraron el chalé y encontraron los cuerpos en proceso de descomposición.

Fueron trasladados ese mismo día al Instituto de Medicina Legal, donde el viernes se comenzaron a realizar las autopsias, de las que todavía no han trascendido los resultados.

Durante la inspección técnico-ocular de la vivienda, los agentes de Policía Científica de la Comandancia de Madrid hallaron una pistola de fogueo, cuyo origen se está investigando.