El Movimiento Feminista ha convocado para hoy una huelga feminista general para reivindicar el derecho colectivo al cuidado. Naia Torrealdai, de Denon bizitzak erdigunean, y Mariana Urcuyo, del colectivo de Trabajadoras No Domesticadas explican que la jornada de hoy solo será el primer paso hacia un cambio de sistema en el que reclaman a las instituciones "dejar de hacer negocio con los cuidados".

¿Por qué una huelga para reclamar el derecho colectivo al cuidado?

Mariana Urcuyo: Porque la huelga es un instrumento que siempre ha dado resultados positivos en la clase trabajadora, siempre ha sido algo que ha permitido tocar la vena principal de los sistemas de producción. Nosotras hemos modificado ese modelo de huelga, reinventándolo desde la perspectiva feminista. Tenía que ser de esta manera.

En esta ocasión es una convocatoria de huelga general, feminista, no solo de mujeres.

Naia Torrealdai: Ha sido una decisión súper estratégica por nuestra parte, priorizar esa noción de que esta huelga tiene que ser responsabilidad de todas y todos. Porque lo que reivindicamos es el derecho colectivo al cuidado, y también tiene que ser responsabilidad de todas y todos como parte de esta sociedad. En el sentido de la responsabilidad pero también de que todos tenemos que ser sujetos activos para un derecho que hoy en día está totalmente vulnerado, el derecho al cuidado, a recibirlo de forma digna. Y a poder darlo de forma escogida, en condiciones dignas y desde un reconocimiento a ese trabajo que se hace. Por eso llamamos a los hombres, no es una huelga de solidaridad con las mujeres, ellos también son sujetos activos en este proceso, y tienen que serlo en esta huelga; que es una herramienta que usamos desde la clase trabajadora. Pero este proceso va para largo y va más allá del movimiento feminista: es un sistema nuevo que queremos construir, y eso nos vincula a las que somos activas del movimiento feminista, y también a otros movimientos sociosindicales.

-M. U: Además porque reivindica los derechos de las personas. Todos y todas tenemos la necesidad en determinados momentos y etapas de nuestra vida de ser cuidados y cuidadas. Y también de cuidar. No estamos haciendo ningún tutelaje, estamos uniendo necesidades y poniendo voces a esas necesidades, demandando el derecho al cuidado.

Se reivindica el derecho colectivo al cuidado, pero, hay más reclamaciones...

- M. U: Esta huelga va mas allá de reivindicar las condiciones laborales, aunque también hacen centro de las reivindicaciones que hemos presentado. La huelga unifica los criterios y las necesidades de cada sector, y sobre todo de cada sector de cuidados feminizados y formales o remunerados. Y también de los cuidados que hemos realizado las mujeres a lo largo de nuestras vidas. Va más allá de decir basta de extensas jornadas, de trabajar en condiciones precarias, del abuso y de la esclavitud en el caso de trabajadoras del hogar. Va por lo que no se ha podido conseguir como sectores específicamente, está unificando y teniendo en cuenta todas las que han surgido a lo largo de este tiempo de preparación de la huelga.

-N. T: Esto va de pedir que el derecho al cuidado tiene que ser colectivo y universal, porque si entendemos que todas y todos necesitamos recibir cuidados a lo largo de nuestra vida, aunque sea en intensidades diferentes, tenemos que asumir que tiene que ser un derecho, y que no puede estar privatizado. El centro es hablar de ese cuidado colectivo, y que solo pasa con que no sea un nicho de negocio, se tiene que dejar de privatizar. Tenemos que hablar de cambiar la jornada laboral, el derecho a la vivienda, de cómo cuidamos el planeta, la agroecología... y también de las pensiones, que es una consecuencia súper visible. Tantos años de cuidados no remunerados, invisibilizados... queremos que esté en el centro. Tenemos reivindicaciones súper ambiciosas pero creemos que ya es hora de que se nos pague esta deuda histórica que se les tiene a todas estas mujeres que han estado cuidando durante años, creando toda esta plusvalía de cuidados invisibilizados dentro del sistema capitalista y patriarcal.

-M. U: Y porque también le demandamos a este sistema mejor situación y calidad de vida para las mujeres, porque como los sectores de cuidados son feminizados, quienes estamos poniendo nuestras vidas somos las mujeres. En residencias, SAD, trabajadoras del hogar... nos pasa una factura de vida muy alta, perdemos espacios, vida y sobre todo porque nuestros cuerpos no resisten tanta responsabilidad que nos asignan por ser mujeres, por no tener derechos que nos respalden. Eso también es precariedad y una factura para nuestras vidas.

Las instituciones vascas insisten en que ya están trabajando en un cambio de sistema, que no es “cosa de dos días”.

-M. U: El colgarse la medalla es histórico en este país. No se hace nada hasta que no ven un movimiento fuerte, un movimiento que puede tener una repercusión como la que tenemos nosotras, y vamos a obtener con esta huelga. Porque el valor de la huelga se va a ver después, este es el primer paso.

-N. T: Yo pondría el foco lo primero en que no sean condescendientes, ya sabemos que no se hace en dos días. Llevamos cuatro años trabajando en esto. Y mas allá de esto, queremos estar en esos espacios de decisión, decidir y decir lo que queremos. No nos vale con congresos que contraprograman nuestras propias dinámicas. Queremos que se tomen decisiones para que esto se deje de privatizar, no nos sirve ninguna política o ley de reconocimiento o bonitas palabras si no se toman decisiones políticas reales de que se deje de hacer negocio. Y eso si está en su manos. Necesitamos que esa voluntad política llegue a cumplirse realmente y que pase por publificar los espacios que están haciendo negocio con el derechos los cuidados que deberíamos tener todas. Ahí es cuando podríamos empezar a hablar.

Numerosos colectivos de mujeres migradas y racializadas se han desmarcado de la huelga. ¿Cómo se lo han tomado?

N.T: Está claro que es un tema súper complejo, y hay muchos debates. Hay colectivos que han marcado su estrategia desde su no adhesión, al igual que muchas trabajadoras del hogar y cuidados también migradas y racializadas han estado en este proceso desde el principio. Visibiliza los diferentes feminismos, diferentes voces, posturas políticas y estrategias. Hay colectivos de mujeres que apuestan por espacios no mixtos, espacios de seguridad, y otros colectivos que apuestan por espacios de compartir con mujeres blancas o autóctonas como nosotras. Desde esos espacios complejos pero que también dan sus frutos. Nosotras entendemos y respetamos ambas posturas. Tenemos claro que gracias a esas compañeras que han estado en el proceso desde esa situación de mujer migrantes, racializadas, hemos tenido reivindicaciones que si no fuese por ellas seguramente no estarían en primer plano.

Explíquese.

N.T: La erradicación del trabajo de interna, la abolición de la ley de extranjería, la regularización… que hoy por hoy son un eje central de nuestra reivindicaciones. Hay compañeras que han decidido no compartir esta herramienta, pero es la herramienta, no las reivindicaciones. La huelga no es un objetivo en sí, por lo que da pie a que paralelamente se pueda construir con otras herramientas, porque el proceso va más allá. Es reflejo de la capacidad que tenemos los feminismos de poner sobre la mesa nuestras contradicciones. 

M.U: Yo lo tomo con dolor, porque me atraviesa. Soy mujer migrada, racializada y he sido trabajadora del hogar los diez años que llevo en Euskal Herria. Me entristece no poder fortalecernos, no poder sumar y el no poder evidenciar que juntas podemos conseguir más. Siempre va a haber diferencias, pero hay que ver más allá.  Yo en esta huelga no hablo por nadie, pero intento estar por las compañeras que no pueden estar. Reconozco las dificultades que tenemos como mujeres migradas, las dificultades y vulneración de nuestros derechos laborales que tenemos como trabajadoras del hogar, porque tenemos el obstáculo de la ley de extranjería. Esta es la oportunidad de haber fortalecido, empoderado, a muchas mujeres y lo estamos desaprovechando. No estamos siendo irresponsables al lanzarnos o que se lancen con nosotras a este vacío. Estamos queriendo que lo asuman, y que cada mujer desde nuestras limitaciones y  fortalezas luchemos como y cuanto podamos.