El asesor en materia penitenciaria del Gobierno vasco, Jaime Tapia, no quiere caer en triunfalismos, pero se muestra “razonablemente satisfecho” de los pasos dados a lo largo de estos dos años de gestión penitenciaria en Euskadi. Recuerda todas las medidas puestas en marcha para mejorar la situación de la población penitenciaria, pero se muestra especialmente satisfecho con el impulso dado al cumplimiento las condenas en régimen de semilibertad.
El nuevo modelo penitenciario vasco aboga por cumplir las condenas en régimen de semilibertad.
Es lo que recomiendan diferentes organismos de la UE. Para lograrlo hemos habilitado muchos recursos habitacionales. No es humo y estamos razonablemente contentos. Y también lo debe estar la ciudadanía porque los trabajos científicos muestran que se consiguen mejores resultados de rehabilitación y reinserción desde regímenes de semilibertad que desde el cumplimiento estricto de la condena.
También consideran básica la formación.
Se puso en marcha Aukerak y ha aumentado notablemente el número de personas empleadas. Teniendo en cuenta que gran parte de la población penitenciaria no puede trabajar por razones físicas o psíquicas, el objetivo es alcanzar una ocupación del 50%. Para poder garantizar la reinserción tenemos que capacitar a las personas privadas de libertad.
Ha habido mucha polémica por conceder el tercer grado a presos de ETA.
Siempre que venga una crítica de las víctimas la voy a admitir. Pero las personas que cometieron delitos cuando pertenecían a ETA tienen que gozar de los mismos derechos y obligaciones que los demás.
La Audiencia Nacional no pone en tela de juicio nuestras resoluciones, sino que discrepa respecto a cuestiones concretas y tiene distintos puntos de vista. Hay más casos de decisiones que afectan a personas que han sido confirmadas que casos impugnados. No nos sentimos deslegitimados. Son criterios distintos y nuestras decisiones están motivadas.
La población penitenciaria ha crecido desde que Euskadi gestiona el modelo.
Se ha hecho un esfuerzo para que las personas con arraigo en Euskadi que habían sido derivados a otros centros penitenciarios del norte del Estado, pudieran venir tras la transferencia. Ahora muchas personas que antes habrían sido derivadas a otros centros se están quedando en Euskadi. Y la situación va a ir mejorando cuando podamos aumentar la plantilla y se abra el centro penitenciario en Gipuzkoa en Zubieta. Tendremos capacidad para admitir más personas. Podemos decir que en la próxima legislatura podremos aceptar a todas las personas que realmente tengan arraigo en Euskadi y quieren cumplir la condena aquí.
Con los acuerdos cerrados con la secretaría general de instituciones penitenciarias hemos mejorado la situación, y el objetivo es que aún mejore más, pero en ningún momento ha habido hacinamiento en los centros penitenciarios vascos.
¿Hay mucho que cambiar del modelo heredado?
Recibes una situación y comienzas con lo más urgente, pero hay que cambiar muchas infraestructuras y aumentar el personal. El proceso es lento y necesitaremos hasta dos legislaturas. Somos un servicio público al servicio de la población penitenciaria, y hemos mejorado. Prueba de ello es que hay muchas personas de otros centros penitenciarios con arraigo escaso que quieren venir a Euskadi.