Juan José Etxeberria (Azpeitia, 1966) entró en la Compañía de Jesús en 1984 y fue ordenado sacerdote en 1995. Su formación académica se ha desarrollado en la Universidad de Deusto, el Instituto Católico de París y la Universidad Gregoriana (Roma), donde se doctoró en Derecho Canónico. Profesor titular en la Facultad de Derecho donde imparte Filosofía del Derecho, fue provincial de los jesuitas de la Provincia de Loyola, de 2008 a 2014. El profesor Etxeberria cuenta con publicaciones en Derecho Canónico y Filosofía del Derecho alrededor de temas de plena actualidad como el testamento vital, el enfoque jurídico de la laicidad y la confesionalidad en los nuevos contextos sociales. Ahora, Etxeberria toma las riendas de la Universidad de Deusto volcada en formar “estudiantes con valores que sean embajadores de esos valores en el mundo laboral”.

Felicidades por el nombramiento. ¿Cómo encara el reto de liderar la Universidad de Deusto (UD)?

Personalmente, me gustaría agradecer la confianza que tanto la Compañía de Jesús, la Iglesia y los órganos de la Universidad de Deusto han depositado en mí. Me gustaría reafirmar lo que define un poco mi modo de estar en la universidad, que es la vocación de servicio a la sociedad. ¿Cómo lo vivo personalmente? Bueno, con agradecimiento; con confianza, porque creo que hay muy buena gente en la universidad; y también con ilusión, porque hay un proyecto educativo abierto a muchos desafíos. Y en ese sentido es una buena oportunidad poder estar en este servicio que me toca vivir en este momento en mi vida.

¿Cuáles son los desafíos más inminentes de Deusto?

Yo diría que son los desafíos globales que tenemos que asumir como sociedad. Podemos hablar de la movilidad humana, del tema de la sostenibilidad, del tema de la dignidad de la persona humana o, como universidad católica, del tema de la secularización.

¿Cuál es la aportación de Deusto a la consecunción de esos retos?

Por una parte, lógicamente, está la formación acompañada de valores. Tenemos un modelo propio que nos define y que se sustenta no sólo en la formación teórica, sino en el fomento de las habilidades y competencias para el desarrollo integral de nuestros estudiantes como agentes de transformación social. Y dentro del ámbito docente, tenemos el reto de diversificar y reformar la oferta para responder a los cambios, tanto a los sociales y culturales, como a los demográficos.

¿Hacia dónde camina la oferta?, ¿qué demanda el mercado?

Las carreras que hemos mantenido siempre tienen muy buena demanda por parte del mercado. Me refiero a la Business School, Derecho, Ciencias Sociales y Humanas, ingenierías, Psicología y Educación. En los últimos años nos hemos abierto a otros ámbitos como Ciencias de la Salud –Medicina, Enfermería, Fisioterapia– y todo el tema del deporte vinculado a la enseñanza. En el ámbito de las ingenierías se ha producido una gran transformación en poco tiempo y creo que ha llegado para quedarse todo lo relacionado con la Inteligencia Artificial, Data Analytics... Todo ello sin olvidar la formación en valores que nos define.

Próximamente, el Gobierno vasco aprobará el Plan Universitario 2023-2026. ¿Qué esperan de él?, ¿qué ha supuesto la inclusión de Deusto en este plan y el hecho de recibir fondos públicos siendo una institución privada?

Deusto es una universidad de iniciativa social y sin ánimo de lucro, algo muy distinto de una universidad privada. Este es un debate que en otros países, curiosamente, no se da pero que aquí es permanente. Estar dentro del Sistema Universitario Vasco es una gran oportunidad de relaciones, de financiación, de ver cómo podemos construir país juntos y queremos caminar en esa línea. El Plan Universitario nos está dando instrumentos y nosotros estamos aportando al Sistema Universitario Vasco desde lo que somos. Y creo que todas las universidades del País Vasco suponemos un gran potencial que es reconocido desde fuera porque ven que trabajamos juntos y colaboramos. Y eso para nosotros ha sido, es y será una oportunidad muy buena. Y en ese sentido me gustaría expresar nuestro agradecimiento al Gobierno vasco por lo que nos aporta para el desarrollo de nuestra misión universitaria.

El paro juvenil siempre ha sido motivo de preocupación, independientemente de la época…

Exactamente.

¿Cuáles son las cualidades que debe reunir un profesional hoy en día?

Además de unos conocimientos teóricos potentes, el mercado pide otra serie competencias que en el mundo laboral son claves. Aparece hoy con mucha fuerza el trabajo en equipo, ser una persona que tiene capacidad de innovación y creatividad, conocimientos de las TIC, etc. Además, para nosotros es importante que los estudiante tengan valores y sean embajadores de esos valores en el mundo laboral. A mí me parece fundamental.

¿Qué valores?

Hablamos, por ejemplo, de sensibilidad medioambiental, ecológica, de sensibilidad por la justicia, de sensibilidad por el tema de la dignidad humana, por el respeto. Creo que son valores clave de nuestra cultura y entiendo que si no se dan, bueno, pues ya hemos visto las consecuencias que eso genera. Cuando no están presentes estos valores se producen conflictos, guerras y sociedades injustas con mucha violencia.

Tercer año de Medicina. ¿Cómo ha respondido la universidad a su incursión en un ámbito académico en el que no tiene tradición?

Desde los estudios que hicimos, se vio que la Salud era un ámbito importante en el que podíamos aportar. No lo hemos hecho de la forma clásica porque los grupos no superan los 80 estudiantes y usamos metodologías de aprendizaje basadas en la resolución de problemas. Además, aportamos la impronta de la universidad porque en Medicina o Enfermería hoy se dan grandes debates éticos, las grandes preguntas de la sociedad como son el inicio de la vida y el fin de la vida. Ahí podemos aportar nuestra identidad y nuestro modo de ver qué concepción de la persona tenemos para afrontar esos temas. Por tanto, yo creo que ha sido una muy buena ocasión para abrirnos a nuevas áreas que no teníamos.

¿Dónde se hará la parte clínica de Medicina?

Tenemos acuerdos con diferentes hospitales como San Juan de Dios, el IMQ, Quirón... He estado recientemente en Guatemala y nos han abierto 15 o 20 plazas en un hospital, en el que trabajan universidades de la Compañía Jesús, para que nuestros estudiantes tengan otro tipo de prácticas distintas a las de aquí en un contexto social muy diferente. Estamos abriéndonos a otros países, como Colombia y hospitales de África. Queremos que esa formación sea integral, con valores distintos y en culturas diferentes.

¿La puerta de Osakidetza sigue cerrada?

Como digo las prácticas clínicas se harán aquí, con algunos hospitales. Y ojalá, esperemos que puedan ser en hospitales públicos, algo que hasta ahora no hemos podido pero intuyo que en el futuro se pueda abrir también esa vía. En otras carreras tenemos prácticas en instituciones públicas sin ningún problema aunque en Medicina, de momento, no se ha podido dar.

Pero les gustaría, entiendo.

Sí, sí, desde luego porque como decía antes nosotros hacemos un servicio social. Seremos la universidad x, pero lo que intentamos es servir a la sociedad desde lo que somos.

¿Y en qué novedades trabajan?

Oficialmente abrimos dos grados on line en Derecho e Informática. Sabiendo que somos una universidad presencial, esta nueva modalidad nos abre a otro público distinto y a nuevos modos de docencia y, por tanto, supone una transformación para la universidad. Creo que cuando uno se introduce en las nuevas metodologías, en la oferta dual, en la formación continua, en la formación executive cambia un poco nuestra mente y es una oportunidad de avanzar.

¿Qué huella le gustaría dejar en Deusto al final de mandato?

El lema de la universidad me parece muy motivador e ilusionador: Personas que transforman el mundo. Si pudiésemos trabajar en una universidad centrada en las personas que transforma y se transforma y, aunque sea un poquito, no sería un reto menor.