Este año abrirá sus puertas en Gasteiz la Barnahus –Casa de la Infancia, en islandés– el primer centro de Euskadi en el que se atenderá de forma integral a menores que han sido víctimas de violencia, sobre todo sexual. Los Servicios Sociales serán la vía de acceso a este novedoso recurso en Euskadi, pero que en Catalunya ya está consolidado con 15 centros proyectados, y que proporcionará a estos menores medidas de apoyo, protección y recuperación del daño sufrido. Esta es la principal decisión adoptada por el grupo motor de este proyecto de atención integral para reponer los derechos vulnerados a estos niños, niñas y adolescentes en el primer aniversario de su puerta en marcha.

Aunque pudiera parecer una decisión lógica, en realidad no lo es tanto porque en Euskadi hay más de 600 puntos de entrada que pueden atender inicialmente sospechas de posibles casos de violencia sexual: 25 comisarías de la Ertzaintza, 81 de la Policía Municipal, 112 Sos Deiak, 14 juzgados de guardia, 4 oficinas de la fiscalía, 324 centros de salud, etc. Y son solo el primer paso de un largo proceso en el que, en ocasiones, no se da la coordinación necesaria ni se evita la revictimización del menor. Distintos estudios indican que el 70% de los abusos a menores son sobreseídos por contaminación del testimonio del menor a lo largo del proceso. Para evitarlo, y ofrecer así una justicia amigable, se abrirá la Barnahus con su enfoque multidisciplicar y especializado en este tipo de casos donde las necesidades y los derechos del menor se colocarán en el centro.

Ha crecido un 69% la violencia intrafamiliar

Según los últimos datos ofrecidos por la consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, Beatriz Artolazabal, a día de hoy habría entre 2.000 y 4.000 menores de 18 años que han sufrido algún tipo de violencia sexual a lo largo de su vida. Durante la presentación ayer del Modelo de Atención Integral y Especializada frente a la Violencia Sexual a la Infancia y Adolescencia se constató que los casos de este tipo de violencia no paran de crecer.

Atendiendo a los datos registrados por la Ertzaintza, en el año 2020 un total de 1.459 personas menores de 18 años en la CAE fueron víctimas de un delito, incluyendo casos de violencia intrafamiliar, violencia de pareja o expareja, delitos contra la libertad sexual fuera del ámbito familiar y otros delitos fuera del ámbito familiar.

Es cierto que llevamos un retraso con las obras, pero nos parecía importante centrar nuestros esfuerzos primero en el contenido

Lide Amilibia - Viceconsejera de Políticas Sociales

En relación con el tipo y la forma de violencia, la intrafamiliar es la más habitual: supone un 45,5% del total de casos registrados. Además, es la que más ha crecido desde 2016, con un incremento de un 69%. Y en este periodo, también han experimentado un incremento importante los casos de violencia hacia niñas por parte de sus parejas o exparejas (25%) y los casos de violencia sexual (24,2%).

Retraso en las obras del edificio

Ante este panorama, todos los agentes implicados en el proyecto Barnahus han ido dando pasos el último año para que la Casa de la Infancia de Gasteiz – la primera de las tres proyectadas en la CAPV– pase del papel a la realidad este mismo año. Ayer pasaron a limpio todos los avances de un equipamiento que acumula cierto retraso. Al encuentro celebrado en Palacio Europa acudieron representantes del Departamento de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, con Artolazabal y la viceconsejera, Lide Amilibia, a la cabeza. Junto a ellas estuvieron representantes de diferentes departamentos de las administraciones vascas como Seguridad, Salud, Servicios Sociales y Educación. Asimismo, acudió a la cita un equipo de Save the Children, la entidad impulsora del modelo Barnahus en Euskadi.

Asimismo, el equipo motor pudo ver las primeras imágenes de cómo será el espacio Barnahus vasco. “Hemos tenido un año intenso de trabajo en el que nos hemos reunido una vez al mes y estamos trabajando intensamente en coordinarnos. Dicho esto, es cierto que llevamos un retraso con las obras, pero nos parecía importante centrar nuestros esfuerzos primero en el contenido”, explicó la viceconsejera Lide Amilibia.

Según indicó, en 2022 se organizaron nueve reuniones del grupo motor, talleres sobre abusos hacia niños, niñas y adolescentes; entrevistas con otras Barnahus internacionales y la visita a la Barnahus de Dinamarca. También hubo reuniones con la Judicatura para la realización de las pruebas preconstituidas dentro del marco jurídico, entre otras. A lo largo de toda la reunión, la consejera Artolazabal estuvo tomando notas. Como colofón y a modo de resumen, puso en valor el trabajo de todo el equipo.