El progresivo aumento de la miopía infantil en las últimas décadas es “muy preocupante”, ha reconocido este jueves el doctor en Bioquímica e investigador del Laboratorio de Oftalmología Experimental de la Clínica Universidad de Navarra (CUN) Sergio Recalde Maestre, quien ha destacado que “cada vez tenemos más niños y niñas miopes y el mayor problema es que cada vez hay menores con edades más tempranas que ya empiezan a tener alta miopía”.

Y, en esta línea, ha recalcado que “cada dioptría de más a la larga puede ser perjudicial para él, no solo porque la visión la tiene afectada, sino porque asociado a una miopía magna –con más de 6 dioptrías– pueden venir una serie de alteraciones visuales más graves a largo plazo”, que pueden acarrear en una edad adulta, a partir de los 50 años, desprendimientos de retina, glaucoma, cataratas..., patologías que pueden ocasionar una pérdida grave de visión.

Así, en la campaña Generación Borrosa, que ha impulsado Multiópticas con la Universidad de Navarra, señalan que “para 2050 más del 50% de la población mundial padecerá esta condición” y estiman que, si no hacemos nada, en los próximos diez años hasta “un 70% de la población infantil será miope y, de ellos, un 10% desarrollará miopía magna”. 

Qué es la miopía

La miopía, ha explicado Recalde, es “un fallo refractivo. El ojo es más grande de lo que debería ser y, por lo tanto, el haz de luz que llega no se enfoca en el punto de más agudeza visual, que es la fóvea, y eso hace que necesitemos de alguna medida correctiva, como pueden ser unas lentes o unas lentillas, para que el enfoque sea correcto en el punto”.

Cuando la persona tiene más de 6 dioptrías o una longitud axial de más de 26 milímetros, ha proseguido el especialista, “ojo es muy grande y eso conlleva que las estructuras internas sufran mucha tensión traccional y con cada dioptría aumente el riesgo de alteraciones más graves como el glaucoma, cataratas, desprendimientos de retina y que causen incluso ceguera. Por eso cada dioptría cuenta”. 

Cambio de estilo de vida

Respecto a las causas que producen la miopía, ha señalado que “el factor hereditario es sin duda muy importante, pero hemos visto especialmente en los últimos 20-30 años, que el aumento tan grande de la prevalencia no puede ser explicado única y exclusivamente por causas genéticas”, sino que se debe a factores ambientales y, sobre todo, a un cambio de estilo de vida. Concretamente, a que “han dejado de hacer actividades al aire libre”, ha apuntado. 

Así, tras reconocer que “también es muy malo y perjudicial” que desempeñen durante mucho tiempo tareas que requieran mantener una visión de cerca, como el uso del móvil o de una tablet, ha afirmado que “lo más importante que hemos visto con los estudios es que han dejado de hacer actividades al aire libre y esa influencia que tiene el hecho de no estar en contacto con el sol, de no mirar de lejos, de no tener esa visión relajada que nos da el hecho de estar en la naturaleza... es lo que más está afectando para que se dispare la prevalencia”. De ahí, la importancia de la prevención.

EN CORTO

  • Consejos para frenar la miopía. Aumentar el tiempo en actividades al aire libre, si es posible 2 horas al día. En las horas de ocio y estudio, intenta descansar la vista de las pantallas con el método 20-20-06. Consiste en que cada 20 minutos hacemos un descanso de 20 segundos, mirando a más de 6 metros. La distancia a la que usamos dispositivos como móviles, ordenadores y tablets, así como al leer o escribir, no debe ser nunca inferior a 30 centímetros. Potenciar ambientes en los que haya luz natural. No usar dispositivos una hora antes de ir a dormir, ni una hora después de despertarse. 
  • El ojo sigue siendo miope tras la cirugía. El doctor Recalde ha indicado que hay un desconocimiento muy grande respecto a la miopía, ya que hay personas que dicen que ya no son miopes porque se han operado. “Perdón, te has operado, te has corregido la visión, pero tu ojo sigue siendo muy grande y puede seguir teniendo problemas”, ha explicado. Por ello, ha recomendado hacer seguimiento con especialista para evitar consecuencias a largo plazo.

Vida activa y tratamiento

Como ha señalado el investigador de la CUN, “muchos estudios indican que el aumento de dos horas semanales de actividades al aire libre –como pueden ser deporte, paseos, fotografía o montaña– reduce mucho el incremento de las dioptrías y en muchos casos puede derivar que un niño no sea miope o no llegue a tanto grado de miopía, que es una de las cosas que más tenemos que frenar”. Por ello, Recalde ha recomendado que la población infantil pase por lo menos 10 horas por semana haciendo actividades en el exterior.

Finalmente, respecto a los tratamientos para los casos de miopía infantil, ha expuesto que principalmente lo que se pretende es “frenarla, que no avance y que se quede estable, que no supere unos ciertos valores que pueden ser más perjudiciales”. Para ello, cuentan con tratamientos farmacológicos y con diferentes tipos de lentes, si bien ha advertido de que “si seguimos manteniendo los otros factores de riesgo no será suficiente con estas terapias”.

Por todo ello, ha aconsejado tener “una vida activa; que hagamos descansos de 20 segundos cada 20 minutos mirando a un punto a unos 6 metros si estamos haciendo actividades de cerca; que no utilicemos el móvil ni una tablet una hora antes de ir a dormir, porque nos cambia el ciclo circadiano y puede hacer que aumente el crecimiento del ojo; así como que un especialista haga seguimiento para ver si avanza o no la miopía” de ese menor.