Estamos a comienzos de curso y el acoso escolar es un tema candente. Según un reciente estudio de la UNESCO, uno de cada tres niños ha sido acosado por sus compañeros en el colegio. Sin embargo, solo un 15% se atreve a contarlo

Los golpes, los insultos, las burlas y la humillación no son cosas de niños como muchos justifican. En este sentido, es de suma importancia saber que no son cosas normales de la edad, que cualquiera puede ser acosado o acosador, que no depende de su personalidad y que debemos actuar para pararlo. Debemos saber que no siempre es físico y tampoco algo puntual. Es frecuente. Las nuevas tecnologías influyen y, además, lo magnifican ya que cada vez está más extendido y los protocolos de los colegios no bastan. 

También es importante saber que no suelen contarlo a los padres sean acosadores o sean víctimas, y que sí se pueden tomar medidas, pese a que los menores no tengan responsabilidad penal.

Enrique Pérez, Director de los cursos y del Área de Defensa Personal de la Asociación Española para la Prevención del Acoso Escolar (AEPAE), explica que el acoso escolar es cualquier forma de maltrato verbal, psicológico y físico reiterado en el tiempo. El último estudio de la Unesco, habla concretamente de que un 33% de la población padece acoso escolar, por lo que estaríamos hablando de que 3 millones de niños y niñas lo sufren en España. “Las cifras oficiales hablan de unas pocas decenas de casos anuales en cada comunidad autónoma. Evidentemente mienten de una manera deliberada”, denuncia Pérez. 

Y es que, el caso de Izan, el niño al que en su cumpleaños cantaban “Mierda gordo pa’ ti”, no es un caso aislado. Al contrario de lo que normalmente se piensa, no hay un perfil concreto de víctima ni acosador. Según AEPAE, cualquier niño o niña puede sufrir acoso escolar si se dan las circunstancias.

JUEZ Y PARTE DEL PROCESO

Pérez asegura que el principal problema se encuentra en el propio sistema. No puede funcionar un método en el que el propio colegio implicado es quien decide hasta dónde llega el proceso, porque habitualmente interfieren intereses. “Los centros al ser juez y parte del proceso –explica el director de AEPAE–, intentan minimizarlo, ocultarlo, y si finalmente hacen el proceso en tiempo y forma, te puedo garantizar que son uno de cada cien casos. Su tendencia siempre es a quitarle importancia”, sentencia Pérez.

Esto finalmente conlleva a un cambio de centro escolar de la víctima. Otro gran error según explica la asociación. “El protocolo dice que hay que proteger a la víctima, pero eso no se hace”, denuncia Pérez. ”Con el cambio de centro escolar no se protege al niño o niña ni se sanciona de forma educativa al victimario, que es lo que hay que hacer para que en el entorno se vea que no se permite el acoso”, explica el director. Según el protocolo se debe reeducar al victimario, al que acosa. Pero tal y como afirma AEPAE eso no se hace ya que en 9 de cada 10 casos sale impune. “En la mayoría de los casos se recurre a la expulsión del centro que es algo punitivo, que no funciona y que no reeduca en absoluto”, añade el director de la asociación. 

LAS SEÑALES

El Bullying o acoso escolar por definición se mantiene oculto a los adultos, porque el que acosa busca el momento. Además, puede ocurrir que haya niños que no sepan que lo que les está ocurriendo es acoso. Por eso, desde la asociación defienden la formación de los niños en el ámbito. También puede ocurrir que el niño o niña haya normalizado la situacIón, y según explica Pérez, este sería el punto de inflexión más peligroso en el proceso, ya que la víctima puede comenzar con síntomas de depresión, autolesionarse, tener pensamientos suicidas, etc. 

AEPAE tiene a disposición de cualquiera un listado con diez señales que indican que un niño o niña puede estar sufriendo acoso. Un buena señal de ellos son los cambios de humor repentinos, el no querer ir al colegio cuando previamente no tenía problema en hacerlo o incluso el malestar que sienten al asumir que tienen que regresar a clase, como náuseas, dolor de cabeza, dolor de tripa, etc. 

Por eso, es importante que una vez los padres detectan que su hijo está sufriendo bullying escriban una cronología desde el primer incidente hasta el último, ya que según el protocolo si no es reiterado no es acoso