El VIH tiene un impacto "temprano y sustancial" en el envejecimiento de las personas infectadas, acelerando los cambios biológicos del organismo asociados al envejecimiento normal en tan sólo dos o tres años tras la infección, según un estudio realizado por investigadores de la Universidad de California en Los Angeles (UCLA, Estados Unidos).

Los resultados, publicados en la revista científica "Science', sugieren que una nueva infección por VIH puede recortar rápidamente casi cinco años de la vida de una persona en comparación con una persona no infectada.

"Nuestro trabajo demuestra que, incluso en los primeros meses y años de vida con el VIH, el virus ya ha puesto en marcha un proceso de envejecimiento acelerado a nivel del ADN. Esto subraya la importancia crítica del diagnóstico precoz del VIH y la conciencia de los problemas relacionados con el envejecimiento, así como el valor de prevenir la infección por el VIH en primer lugar", explica la autora principal del trabajo, Elizabeth Crabb Breen.

Investigaciones anteriores han sugerido que el VIH y las terapias antirretrovirales utilizadas para mantener la infección bajo control se asocian a una aparición más temprana de las afecciones relacionadas con la edad que suelen asociarse con el envejecimiento, como las enfermedades cardíacas y renales, la fragilidad y las dificultades cognitivas.

El equipo de investigación analizó muestras de sangre almacenadas de 102 hombres recogidas seis meses o menos antes de que se infectaran con el VIH y de nuevo dos o tres años después de la infección. Las compararon con las muestras de 102 hombres no infectados de la misma edad tomadas durante el mismo periodo de tiempo.

Los autores afirman que este estudio es el primero en emparejar a personas infectadas y no infectadas de esta forma. Todos los hombres participaban en el Estudio Multicéntrico de Cohortes del Sida, un estudio en curso iniciado en 1984.

Los investigadores se centraron en el modo en que el VIH afecta a la metilación epigenética del ADN, un proceso que las células utilizan para activar o desactivar los genes en el curso de los cambios fisiológicos normales.

Los cambios epigenéticos son los que se producen en respuesta a la influencia del medio ambiente, los comportamientos de las personas u otros factores externos (como las enfermedades) que afectan al comportamiento de los genes sin cambiar los propios genes.

El equipo examinó cinco medidas epigenéticas del envejecimiento. Cuatro de ellas son lo que se conoce como "relojes" epigenéticos, cada uno de los cuales utiliza un enfoque ligeramente diferente para estimar la aceleración de la edad biológica en años, en relación con la edad cronológica.

La quinta medida evaluó la longitud de los telómeros, los extremos protectores de los cromosomas que se acortan progresivamente con la edad a medida que las células se dividen, hasta que se vuelven tan cortos que la división ya no es posible.

Los infectados por el VIH mostraron una aceleración significativa de la edad en cada una de las cuatro mediciones del reloj epigenético (que oscilaba entre 1,9 y 4,8 años), así como un acortamiento de los telómeros durante el periodo que comienza justo antes de la infección y termina dos o tres años después, en ausencia de tratamiento antirretroviral altamente activo. No se observó una aceleración similar de la edad en los participantes no infectados durante el mismo intervalo de tiempo.

"Nuestro acceso a muestras raras y bien caracterizadas nos permitió diseñar este estudio de una manera que deja pocas dudas sobre el papel del VIH en la obtención de firmas biológicas de envejecimiento temprano. Nuestro objetivo a largo plazo es determinar si podemos utilizar alguna de estas firmas para predecir si un individuo tiene un mayor riesgo de padecer enfermedades específicas relacionadas con el envejecimiento, exponiendo así nuevos objetivos para la terapéutica de intervención", comenta otra de las responsables de la investigación, Beth Jamieson.