El hombre acusado de matar de un disparo a otro varón y después se atrincheró con un rehén en una vivienda de Santovenia (Valladolid), se entregó ayer después de permanecer más de 13 horas refugiado en la vivienda.

El individuo, cuya identidad responde a las iniciales P.S, permanecía atrincherado en una vivienda desde la madrugada del viernes. Fue a las 01.43 horas cuando la Guardia Civil de Valladolid solicitó asistencia médica debido a que un varón estaba inconsciente tras haber sido herido con un arma de fuego. El herido finalmente falleció mientras que el presunto autor del disparo huyó y se atrincheró en una vivienda, aunque finalmente se entregó a las 14.15 horas del viernes.

También a esa hora fue liberado el único rehén que durante todo ese tiempo se encontraba en la vivienda, quien no ha sufrido ningún tipo de daño físico.

Este altercado también ha dejado herido en estado grave a un agente de la Guardia Civil, ya que el presunto asesino le disparó en la cabeza cuando intentaba negociar con él tras haberse atrincherado en su casa con su yerno.

Tensiones previas

Según informó la delegada del Gobierno en Castilla y León, Virginia Barcones, el origen de este crimen tuvo un conflicto previo que ocurrió sobre las seis de la tarde del jueves y en la que participaron doce personas.

Algunas de estas personas tuvieron que ser atendidas en el hospital de Valladolid por heridas leves, entre ellas el fallecido, de 45 años, y uno de sus hijos, de 27.

Lo que motivó esa primera pelea, según los vecinos de la zona y la suegra del fallecido, fue una desavenencia entre la mujer del supuesto asesino y la víctima.

La suegra del fallecido explicó a los medios que en realidad no fue una pelea entre dos familias, sino que seis miembros de la familia del presunto asesino, entre las que estaba él, su mujer, sus dos yernos e hijas, habían dado una paliza al marido de su hija, y a uno de sus nietos. Algunos vecinos explicaron a los medios que en esa primera pelea se pincharon varias ruedas de coches.

Asimismo, la suegra aseguró que el asesino y la víctima se conocían de toda la vida, “del barrio”, y que hasta eran amigos. Según explicó, cuando su yerno y su nieto regresaron del hospital, sobre la una de la madrugada, el presunto asesino les estaba esperando con una escopeta y disparó al fallecido en el portal. También disparó contra el hijo de la víctima, pero la escopeta se encasquilló, según confirmaron testigos presenciales de este hecho.

Un policía en estado grave

Poco después del disparo, ante la gravedad del suceso la Guardia Civil acordonó la zona impidiendo a los vecinos de los inmuebles colindantes salir de sus casas.

El teniente coronel y jefe de la Unidad Especial de Intervención de la Guardia Civil, Pedro A.C., que dirigía las negociaciones con el presunto asesino, se acercó sobre las 08.15 horas de la mañana a la vivienda para intentar hablar con el varón, pero éste le disparó en la cabeza, provocando que la bala le atravesara el casco de protección, lo que le dejó herido de gravedad.

El agente, que se encuentra muy grave, fue intervenido ayer en el hospital Clínico de Valladolid, donde ya se encuentra su familia.

Poco después de las 14.15 de este viernes, y tras más de 13 horas atrincherado, el individuo decidió entregarse a los agentes. Esto posibilitó que se pudiese liberar al rehén, el yerno del supuesto asesino, que durante las 13 horas se encontró en la vivienda y no sufrió ningún daño físico.