- Se les ha llamado de todo. Viejenials, babyboomers, séniors, sexagenarios..., pero ahora son sexalescentes. El término se refiere a esas personas entre 55 y 70 años empeñadas en disfrutar y vivir una segunda adolescencia. Un novedoso segmento de la pirámide poblacional convertido en fenómeno demográfico y que define un estado de la vida que no existía, dejando atrás la mal llamada tercera edad. Porque es una generación que se siente plena física e intelectualmente y además es el motor económico del país dado que el 60% del gasto en consumo en España lo realizan ya los mayores de 55 años, según datos de Mapfre.
Y ¡ojo! no son un colectivo nada desdeñable. Este grupo de edad está formado actualmente en España por 15 millones de personas. En Euskadi hay más de 445.000 sexalescentes y en Navarra rondan los 150.000.
La conclusión es clara. Las personas que viven su segunda juventud no tienen ya cargas familiares, disfrutan de un buen poder adquisitivo, son propietarios de una vivienda y tienen capacidad de ahorro. Y, lo más importante de todo, son optimistas. Es el retrato robot de los mayores de 55 años, según el I Barómetro del Consumidor Senior.
Manuel Posso se ha hecho viral bautizando con la palabra sexalescencia a esta revolucionaria franja de adultos. “Una generación que ha desterrado el término sexagenario. Hombres y mujeres que manejan las nuevas tecnologías, modernos, que se preocupan por la moda, que hacen ejercicio, con ganas de vivir, aprender, colaborar con la sociedad, viajar, conocer gente nueva, y ser dueños de su destino, renunciando a la ubicación de tercera edad, simplemente porque no se han dado cuenta que están en ella”, describe.
Posso incide en el papel de la mujer sexalescente que “pudo sobrevivir al deseo de poder que le dio el feminismo de los 60 y pudo detenerse a reflexionar qué quería. Algunas se fueron a vivir solas, otras estudiaron carreras tradicionalmente masculinas, otras eligieron tener hijos o, fueron profesionales y crearon su propia identidad”, señala.
Su peso en la economía actual es crucial. La economía plateada o silver economy (en alusión a las canas que lucen), es ya imparable. Para Antonio Huertas, presidente de Mapfre, “el crecimiento de la economía plateada va a ser el elemento tractor del crecimiento económico en general porque los sénior constituyen un colectivo con nivel de renta, propiedades y poder adquisitivo, para impulsar la demanda nacional de bienes y servicios. De hecho, este grupo de edad representa una cuarta parte del Producto Interior Bruto (PIB) nacional y hasta el 60% del consumo nacional”.
Y es que los productos y servicios especializados de la silver economy se extienden a todos los ámbitos: nutrición y salud, deporte, cultura, ocio, viajes, moda, cosmética, tecnología, productos financieros o seguros. Por ello, las marcas están abocadas a prestar atención a este sector y tienen su mirada puesta en ellos como consumidores potenciales de moda, vehículos u ocio. Ignacio González, de la Asociación de Empresas de Gran Consumo (Aecoc), lo resume gráficamente. “Hay que dejar de mirar tanto a los millennials para mirar más a los viejenials, porque son más, van a ser más y tienen mayor poder adquisitivo”.
Las cifras le cargan de razón. Frente al salario medio de los trabajadores en activo, los mayores de 55 años cobran más, con una media de 2.169 euros brutos al mes. Frente a ellos, los millennials ganan entre 1.000 y 1.500 euros.
Por eso, las empresas necesitan a este consumidor. En primer lugar, son clientes bien informados porque su edad los convierte en usuarios experimentados. Son exigentes pero son también fieles a las marcas que conocen y que no les han fallado. Además, las personas de esta edad tampoco son ajenas a las nuevas tecnologías. Al contrario, el 80% usa internet a diario. Incluso tienen sus propias plataformas y, por supuesto, existen influencers viejenials. l
Envejecidos
El envejecimiento de la población avanza imparable. En la CAV se ha vuelto a registrar un máximo histórico de envejecimiento del 154% o, lo que es lo mismo, ya se contabilizan 154 mayores de 64 años por cada cien menores de 16. Esta tasa es superior a la nacional, del 125%. En Navarra este porcentaje asciende a 121%.
‘Baby boom’
Se calcula que en 2030 los mayores de 65 supondrán el 35% de la población. En ese momento, cuando empiecen a jubilarse en masa los babyboomers (nacidos entre 1958 y 1977), unas cohortes más reducidas deberán soportar el coste de las pensiones y los cuidados sociosanitarios.
8,2% vs. 23%
Para ver la escalada, pongamos un ejemplo. En el año 1960, el porcentaje de personas en España con más de 65 años sobre el total de la población era del 8,2%, mientras que en el año 2020 había alcanzado el 22,9% de la población.
Séniors
La Fundación Adecco ha reabierto el debate del talento sénior como alternativa de futuro ya que “ante estas cifras, no es de recibo que un 40% de las candidaturas de mayores de 55 años siga descartándose en los procesos de selección para un trabajo”.
250
Los jubilados de Bizkaia, Araba y Gipuzkoa perciben 1.450 euros en 14 pagas frente a los más de 1.300 que cobran de media en Navarra. En relación con la media nacional, reciben casi 300 euros extras.
l Más servicios. Las comunidades del norte son las que ofrecen las mejores condiciones y oportunidades a las personas mayores de 55 años en términos de empleo, acceso a servicios sociales y sanitarios, entre otros.
- Los viejóvenes de 60 años, tienen por delante otros veinte años más de vida activa y dinámica, y cuando las fronteras vitales se extienden, la perspectiva se modifica. Con una esperanza de vida in crescendo, más de 87 años para las mujeres y superando los 82 para los hombres, los sexalescentes se sienten dueños del reloj y no sienten que estén en tiempo de descuento.
“Se está cambiando la concepción de ser mayor y las edades se están diluyendo. La generación de los 40 aún quiere encuadrarse en la categoría de juventud. Y se está desdibujando el modelo de cómo debe ser la gente a cada edad”, afirma la experta en gerontología social, Elena del Barrio.
En este proceso es fundamental trabajar tratando de vencer la barrera del edadismo o discriminación por razón de edad, que presenta a las personas mayores como desprovistas de valor para la sociedad por improductivas, frágiles o incapaces. “Lo que pasa que antes el concepto de sabio y de viejo iban de la mano y ahora es una palabra casi despectiva. El concepto de vejez está asociado a una carga negativa que es ridícula y va en contra de la propia filosofía del elogio de la madurez. Envejecer es maravilloso. Es fruto de la ciencia y del saber hacer del ser humano a lo largo de los años”, declara el sociólogo Juan Carlos Alcaide, que analiza el envejecimiento de la población y su efecto empresarial desde hace casi 20 años.
Porque hay muchas leyendas urbanas que rodean a los mayores, en torno a la tecnología, el consumo y el conocimiento. El doctor en Economía, Iñaki Ortega, incide en los prejuicios existentes. “Inmediatamente pensamos que el ocio de los mayores es ir al médico. Y solo uno de cada diez mayores va al médico. Ellos y ellas están en internet para comprar, leer, socializar... y es también el segmento de edad que más crece en plataformas de citas”.
Porque la revolución de la longevidad rompe tabúes y reclama, entre otras cosas, superar mitos como el de su escasa productividad, reivindicando un papel más activo dentro del sistema económico. Por ello, Ortega denuncia que actualmente exista un sesgo infundado a la hora de contratar a mayores de 55 años. “A lo largo de la historia, ser mayor significaba más sabiduría. Ahora, pensamos, equivocadamente, que ser mayor significa que se está obsoleto tecnológicamente”.