l caso de las muertes de Bilbao es la punta del iceberg de todas las agresiones y violencias que sufrimos el colectivo LGTBI”. Lo dice, con conocimiento de causa, la presidenta de Aldarte, Inmaculada Mujika, ya que en su asociación reciben “a menudo a gente que ha sido engañada, a la que le han dado una paliza, la han acosado o ha sufrido extorsiones”. Entre los casos más graves, cuenta, el de “un chaval que sufrió una agresión y violación en una cita a través de una app y no se atrevió a denunciar porque todavía estaba dentro del armario. Le estuvieron curando en urgencias de un desgarro anal, fruto de la violación, no dijo nada y tuvo que oír cosas como es que os pasáis los gais, podríais tener cuidado”.
A esta voz de alarma se une la de Sarai Montes, presidenta del Observatorio Vasco LGTBI+, quien afirma que “de un tiempo a esta parte se han radicalizado los discursos de odio hacia nuestro colectivo y nos encontramos con agresiones físicas muy fuertes, como la del chico de Basauri, al que le dieron una paliza entre ocho por ser gay, algo que antes habría sido totalmente impensable”.
Ni siquiera los más pequeños escapan a la discriminación. De hecho, la portavoz de Naizen, Bea Sever, denuncia que “a día de hoy la transfobia sigue haciendo mella en menores de todas las edades” y “lo más grave es que viene también desde los centros educativos, donde se sigue diciendo que los niños son así y las niñas de esta otra manera, con lo cual todos los mensajes que les llegan son de que lo que son o no existe o está mal y esto muchas veces hace más daño que una paliza en un momento puntual. Daña su autoestima y da alas al resto para tacharles de diferentes, de raros y raras, y hacer ese daño que luego les va a llevar a autolesionarse o a los intentos de suicidio”, advierte.
A todas estas denuncias se suma la reivindicación que ondea al viento Asier Robredo un mes después de sufrir una agresión homófoba en Bilbao. “Cada uno es quien es. Que no nos callen, que no nos encierren, que no nos hagan sufrir”, clama. Con el caso del presunto asesino en serie como telón de fondo y en vísperas de celebrar mañana el día contra la LGTBIfobia, todos piden combatir esta lacra con educación y leyes.
Víctima de un ataque homófobo
“Los agresores tienen que cambiar, no el resto”
“El problema lo tienen los agresores. Son ellos los que tienen que cambiar, no el resto”. A sus 24 años, Asier Robredo, víctima de un ataque homófobo el pasado mes de abril, habla sin miedo. “A estas alturas tengo muy claro quién soy y no me avergüenzo, ni muchísimo menos. Si me hubiera pasado con 18 años, cuando estás conociéndote a ti mismo y tus relaciones sociales no son tan sólidas, igual lo habría pasado peor”, reconoce este universitario, al que le increparon: “Maricón de mierda, te vamos a matar” y le propinaron un puñetazo tras negarse a dar un cigarro. A la espera de que se celebre el juicio, dice que jamás había sufrido “un altercado”, por lo que le “chocó mucho”. “He vivido en Madrid y en Bilbao, y nunca he tenido problemas. Siempre he creído que la sociedad vasca era mucho más tolerante que otras zonas de España. No me ha cambiado esa imagen, pero hay un problema más estructural del que yo pensaba”.
Lejos de erradicarse, la homofobia, avisa, ha prendido en una parte de la juventud. “Pensaba que la gente más mayor era menos inclusiva, pero es al revés. Mis agresores tenían 17 y 18 años. Me parece un problema mucho más grave, no por mí, sino porque una agresión física o un grito de maricón a esas edades afecta mucho más. Hay que hacer hincapié en la educación de los más jóvenes, ver en qué estamos fallando para que haya gente de esas edades con esa mentalidad”, plantea.
Para atajar este problema, Asier insta a las instituciones a promover “una educación sexual inclusiva” en los colegios e institutos. “Yo no la he recibido y me gustaría que se hiciera para que a la gente que está en ese proceso de su conocimiento sexual se le abran todas las puertas y sepan que pueden ser quienes quieran y amar a quien sea”, defiende.
Respecto a las muertes de varios hombres homosexuales y la investigación de un sospechoso con el que podrían haberse citado a través de una app, considera “muy grave que se utilice su condición de gais para aprovecharse de ello. Si antes había que tener cuidado, ahora mucho más”, señala y añade que “no estamos acostumbrados a que se genere este miedo entre nosotros”.
Observatorio Vasco LGTBI+
“Ahora quien no acepta la diversidad es más hostil”
Dice Sarai Montes que en Euskadi el colectivo LGTBI siempre ha tenido que convivir “con una discriminación sutil, con eso de a mí que tengas novio no me importa, pero no os beséis en la calle. No solía ir más allá”. Sin embargo, las cosas están cambiando. “A diferencia de otros lugares, aquí podías ser quien quisieras sin problemas, pero de un tiempo a esta parte esto está dejando de ser así”, advierte. De hecho, la intolerancia se ha colado en las aulas, donde imparte charlas sobre transexualidad. “Nos encontramos con un grupo grande para el que todo está bien, pero el reducto de gente que no acepta la diversidad es más hostil que antes”, advierte.
A este retroceso contribuye, según denuncia, que “hablar públicamente de manera negativa del colectivo LGTBI, como hace la extrema derecha, sale gratis. Esto genera un caldo de cultivo, porque antes no había aquí agresiones LGTBIfobas fuertes”. Para que estos ataques no vuelvan a repetirse, la presidenta del Observatorio Vasco LGTBI+ y de la asociación de personas transexuales Errespetuz, apuesta por la formación. “Para acabar con la LGTBIfobia hace falta educación. Cuando ofreces conocimientos, el estereotipo que tienen, sobre todo, sobre las personas transexuales, se cae. Yo doy charlas y la gente viene con una idea y marcha con otra. Acabas con el estigma directamente”, asegura.
Para frenar a aquellos que no solo persisten en su ignorancia, sino que pasan a la acción, reclama “leyes que tengan capacidad punitiva y protejan al colectivo”. “Estamos trabajando para conseguir una ley vasca LGTBI”, anuncia y confía en que el caso del supuesto asesino en serie “marque un antes y un después, y que la gente tome precauciones al quedar con un desconocido”.
Presidenta de Aldarte
“Somos carne de cañón para los desalmados”
Dice Inmaculada Mujika que en la asociación Aldarte, que trabaja para la atención de gais, lesbianas y transexuales, ya sabían que “había violencia a través de las redes y las app”. Lo que desconocían es “la enormidad de asesinatos que podían cometerse, que yo creo que es la primera vez que sucede”, comenta la presidenta, quien destaca que “muchas de estas violencias no se denuncian por el estigma, por la vergüenza de qué van a decir de mí, que se va a saber que soy gay, lesbiana o trans”. En este sentido, apunta, “las agresiones que sufren los hombres gais son mucho más públicas, mientras que las mujeres lesbianas, que las suelen sufrir más en el entorno privado, las denuncian menos”.
Tras llamar a quienes utilizan las apps de citas a “protegerse, porque nos volvemos carne de cañón para cualquier desalmado”, Inmaculada asegura que “para muchos gais ese es el único medio para conocer a otras personas”. “La LGTBIfobia hace que se reduzcan mucho sus posibilidades de socialización. Tendríamos que procurar otros espacios donde la gente también pueda socializar y poner medios para trabajar en la prevención”, propone.
A pesar de que Bilbao es “una ciudad amable” con estos colectivos, Inmaculada afirma que “todavía hay que luchar mucho para que la LGTBIfobia sea erradicada”. “De tanto salir en los medios de comunicación, mucha gente se había hecho la ilusión de que esto ya había acabado, pero dentro del colectivo hay gente muy vulnerable, a la que odian en su comunidad de origen por ser lo que es, gente que es rechazada por su padre o madre... Hay miles de situaciones LGTBfóbicas, discriminatorias y estigmatizantes”.
Naizen
“Todavía hay muchos casos de ‘bullying”
En Euskadi y Navarra, donde trabaja la asociación de familias de menores transexuales Naizen, “no hay tantas agresiones verbales o bullying como en otras comunidades autónomas, pero todavía tenemos muchos casos”, advierte su portavoz, Bea Sever, quien detalla que “las edades más problemáticas” serían desde 5º o 6º de Primaria hasta 3ª o 4º de Secundaria. “En Bachillerato hay otra maduración, otra apertura mental, y suele bajar, pero no desaparece. Luego también va a depender mucho del lugar geográfico. No sé si es por la población, el nivel cultural o las actitudes, pero se nota mucho de unas localidades a otras e incluso, en la misma localidad, de unas zonas o unos centros a otros”.
Cuando se trabaja la diversidad en el aula, dice, “el rechazo es menor”.
“Si al explicar cómo es el cuerpo de los niños y las niñas simplemente añaden pero esto no siempre es así, a veces nos equivocamos, es todo más fácil, pero todavía estamos con esa pelea de que en los centros escolares se haga mención y se incluya algún libro o cuento”, explica.
Conscientes de que, “cuando hay desconocimiento, el miedo a lo diferente genera rechazo”, en Naizen siempre inciden “en visibilizar y trabajar la diversidad desde un punto de vista positivo desde infantil. Nuestro trabajo es hacerlo presente en la sociedad para que los bulos no calen porque si conocemos la realidad, caen por su propio peso”. En el caso de los menores transexuales, se dicen “cosas como que somos las familias las que empujamos a que esto se dé o que se hormona o se opera a niños y niñas. Cosas que no son ciertas, no ayudan y hacen ver como si esto fuera un capricho o algo que alguien decide”.
Entre los casos más graves de los que han tenido conocimiento en la asociación, destaca el de “alguna chica que ha sufrido agresiones de índole sexual”. “Ha habido denuncias policiales de chavalitas de 18 años y en infancia tenemos procesos de bullying, pero no agresiones físicas, que es, al final, a lo que parece que reducimos todo”, lamenta y advierte, como experta en suicidología, que “hay más incidencia de intentos de suicidio en casos en los que es un aislamiento, un goteo de exclusión e insultos, que no son evidentes, que cuando se ha dado una paliza”. l
“Mis agresores tenían 17 y 18 años. Un grito de maricón a esa edad afecta más. Hay que hacer hincapié en educarlos”
Víctima de una agresión homófoba
“Hablar negativamente del colectivo, como hace la extrema derecha, sale gratis y eso genera un caldo de cultivo”
Presidenta del Observatorio Vasco LGTBI+
“Un chaval que sufrió una violación ?en una cita por ‘app’ no lo denunció porque aún estaba dentro del armario”
Presidenta de Aldarte
“El mensaje que les llega a los menores trans es que lo que son no existe o está mal y esto daña más que una paliza”
Portavoz de Naizen