- El lehendakari, Iñigo Urkullu, defendió ayer la política de tolerancia cero frente al acoso escolar e incidió en la necesidad de “educar en y para la convivencia”, que es la médula espinal de Bizikasi, el programa desplegado por el Gobierno Vasco hace cinco años para erradicar el bullying en las aulas. El lehendakari se refirió a los últimos datos sobre acoso escolar que sufrieron un significativo incremento respecto a los registrados el curso 2019-2020. En concreto, Inspección educativa analizó 966 denuncias de bullying formuladas por estudiantes o sus familias -171 más- de las 129 se verificaron como casos reales. En esta línea, Urkullu remarcó “crece la sensibilidad ante esta realidad y que cada vez son más los casos conocidos, gestionados y analizados”.

El lehendakari realizó estas manifestaciones frente a 600 profesionales durante la inauguración del Congreso sobre convivencia y bienestar emocional que se celebra hasta hoy en el Palacio Euskalduna de Bilbao. “Hoy nuestro mensaje es muy claro: todas y todos a una con el bienestar y la convivencia. Detrás de cada caso hay una persona que sufre y otra persona que necesita que le ayudemos para que cambie su actitud”, indicó. Por este motivo Urkullu emplazó a la comunidad educativa a “actuar responder, tratar y ofrecer una salida ante la más mínima sospecha”. Este es el objetivo de este encuentro, dijo, “reconocer la trayectoria desarrollada, contribuir a seguir formando a los equipos de trabajo, sensibilizar a la sociedad y reafirmar el compromiso de todas y todos: instituciones públicas y comunidad educativa”.

En opinión del lehendakari, la lucha contra los comportamientos que atentan contra la convivencia en los colegios e institutos vascos es una responsabilidad compartida que trasciende de la mera labor docente. En este punto, puso en valor el papel de muchas personas que “sin tratar directamente con los alumnos, trabajan por su bienestar en el día a día”. En este sentido, abogó por la educación en convivencia, “creando una atmósfera positiva, entornos seguros o ambientes acogedores”, pero también en la educación para la convivencia, “elaborando un currículum socio-emocional, trabajando la pedagogía del cuidado y del buen trato, la resiliencia o la empatía”. Según explicó, esta doble orientación requiere una formación específica dirigida al profesorado y al conjunto de la comunidad educativa.

En el Congreso se dieron cita cientos de profesionales de la enseñanza, la salud mental y especialistas del ámbito universitario con el fin de reflexionar sobre el fenómeno del maltrato entre iguales, modelos de convivencia positiva o la educación emocional. Entre las ponencias destacó la presentación de proyectos referentes en estos ámbitos que han desarrollado el CEIP Cervantes de Bilbao, el CEIP Otxandio y el CPEIPS Presentación de María de Gasteiz.

Otro momento central de la jornada fue la presentación de la herramienta de autoevaluación de la convivencia, por parte de la directora para la Diversidad e Inclusión Educativa, Lucía Torrealday, junto con el miembro del Servicio de Inspección, Alfonso Fernández. Según dijeron, Bizikasi lleva ya cinco años poniendo a disposición de los centros “un conjunto de criterios, formación, y materiales orientados a la mejora de sus intervenciones para el desarrollo de la convivencia positiva, y poner freno al acoso y al ciberacoso, dando así también una respuesta positiva a las demandas de intervención por acoso escolar”. Según afirmaron, ahora este proyecto “da un paso más y añade esta nueva herramienta para su utilización por parte de los centros educativos, con el objetivo de facilitarles la autoevaluación sobre el trabajo que realizan en un conjunto de criterios relacionados con esta cuestión”. Su principal utilidad es formativa y no medir los niveles de convivencia.

“Detrás de cada acoso hay una persona que sufre y otra que necesita que le ayudemos”

Lehendakari