- ¿Cómo ha afectado la pandemia de coronavirus a la salud mental?

—Sin duda, la mayor afectación la hemos detectado en la población infanto juvenil. Y sobre todo, lo que más ha incrementado son los trastornos de conducta alimentaria, que afectan a las mujeres con mayor fuerza, y seguido de patología infanto juvenil general; gestos autolíticos. De alguna forma, les ha afectado a todos los niños. No se sabe si solo por el virus o también por las medidas que se han tenido que tomar.

¿Y en la población general?

—Ha habido mas afectación en cuanto a síntomas de ansiedad y depresión. Lo hemos visto en todos, pero es que la parte de infanto juvenil ha sido muy llamativa, ha sido bastante mayor que el resto de la población.

¿Se ha desestigmatizado la salud mental?

—Cada vez hay menos prejuicios, aunque sigue habiendo un porcentaje con problemas serios de salud mental que no acuden a donde un profesional. A veces hay confusión entre lo que es el malestar emocional y una enfermedad mental.

¿A qué se refiere?

—Hay personas que no tienen una depresión mayor o trastorno bipolar o trastorno de ansiedad generalizada, pero tienen una cierta tristeza y piensan que están enfermas, y viceversa, y esto es lo que más me preocupa. El que cree que tiene una enfermedad y no la tiene en consulta ya le van a decir, pero el problema es el que tiene una enfermedad mental y cree que solo tiene un malestar emocional. Si un trastorno mental te está provocando una dificultad para llevar a cabo tu vida con normalidad se deben consultar, aunque sea con el médico de atención primaria en primera instancia.

¿Se han visibilizado las carencias de la sanidad pública en este ámbito?

—Todavía tiene que desarrollarse un poco más. Sí que hay muchos recursos, pero si por ejemplo digo: quiero con un psicólogo chica, pues es más difícil. Por ejemplo, en Gasteiz si vas a un centro de salud mental porque te ha derivado el de cabecera vas a tener en el centro de tu barrio seis psiquiatras y tres psicólogos. Podría haber más, sí... Pero habrá que diseñar para qué patologías. Recursos hay, otra cosa es que no sean los que queremos, porque siempre queremos más.

¿Qué hemos aprendido?

—Si volviera a ocurrir algo así, habría que tomar diferentes medidas con la población infantil y juvenil. El confinamiento les ha afectado muchísimo, si volviese a ocurrir habría que evitarlo.

¿Pasará factura a la población?

—Espero que no demasiadas. Alguna a lo mejor sí, pero como se ha detectado podremos poner remedio. Cualquier evento traumático normalmente tiene efectos negativos en el futuro, aunque somos bastante resistentes y resilientes. Una situación traumática suele dejar huella, sobre todo en las personas más vulnerables, pero no necesariamente permanente.

“A veces hay entre la población una cierta confusión entre lo que es el malestar emocional y una enfermedad mental”

“Cualquier situación traumática generalmente suele dejar huella, pero no necesariamente permanente”