Reorganización de turnos, suspensión de vacaciones, contratación de profesionales jubilados... La sangría de bajas y la sobrecarga que el tsunami de ómicron está dejando entre el personal sanitario ha empujado a muchas comunidades a tener que tomar medidas para garantizar la asistencia. Los sanitarios no son una excepción en la sexta ola y, como el resto de la población, están acusando un incremento de contagios que se está dejando notar en el sistema de salud, especialmente en la atención primaria, ahogada por la saturación que la explosión de casos y su tramitación está acarreando una vez más a este nivel asistencial.
Según los últimos datos del Ministerio de Sanidad, 9.143 trabajadores sanitarios se han infectado en los últimos 14 días, 4.053 solo en la última semana. En el informe de la semana anterior, eran 7.341 y 3.952, respectivamente.
Todo ello ya se deja notar en el sistema de salud. Esta semana, la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) avisaba de que los servicios de salud de las comunidades afrontan la sexta ola con un déficit de 29.354 profesionales. Aunque en diciembre se produjeron 29.182 contratos en la sanidad, no sirven para compensar las 58.536 bajas -por todos los motivos- registradas en la Seguridad Social desde septiembre.
La situación es desigual entre comunidades. Solo el covid ha hecho que de los aproximadamente 41.000 trabajadores de Osakidetza, alrededor de 1.640 estén actualmente de baja, lo que representa el 4% de la plantilla, lo que ha llevado a contratar a trabajadores jubilados. Por el momento no se ha suspendido ningún servicio, aunque desde principios de diciembre comenzaron a aplazarse consultas de atención primaria que no revisten “especial urgencia”.
Navarra es una de las comunidades con situación más dramática: el número de casos ha pasado del 4 % de la plantilla la semana pasada al actual 5 % con 653 profesionales de baja, de los cuales 403 son personal de medicina o enfermería. El personal sanitario ha visto aplazado el disfrute de las vacaciones del año 2021 hasta el 31 de marzo de 2022, si aún no las habían cogido y, por razones de necesidad, se les deniegan, revocan o suspenden sus permisos y vacaciones.
En Castilla y León no dejan de crecer los profesionales en situación de aislamiento o enfermos: si el pasado jueves eran 1.009, ahora rozan los 1.500 de los 40.000 que existen en total. De ellos, 269 médicos, 501 enfermeros y 77 celadores. La consejería ha ordenado la puesta en marcha de planes contingencia pero respetando al máximo las vacaciones de los profesionales sanitarios, muy cansados tras dos años de pandemia.
Cataluña, que supera los 2.000 hospitalizados por covid, tiene a más de 2.500 profesionales de baja por esta enfermedad, lo que representa un 3% de todo su personal sanitario público. Para descongestionar los centros de salud, desde esta semana se puedan notificar al sistema de salud los casos positivos de los test de autodiagnóstico. Asimismo, Madrid cifra en 1.040 los sanitarios en baja por la covid en atención hospitalaria.
Aislamiento
El personal sanitario y sociosanitario contagiado que no requiera ingreso hospitalario deberá guardar, como el resto de ciudadanos, 7 días de aislamiento. En el día 7 se les realizará un test de antígenos antes de su reincorporación.
Sin cuarentena
Si son contactos estrechos de un positivo, están exentos de hacer cuarentena si están vacunados y utilizan EPIs adecuados.