- Tres días con sus noches han hecho falta para que la Asamblea Nacional diera su respaldo la madrugada del jueves al proyecto de ley para imponer el pasaporte de vacunación en Francia, donde el Gobierno mantiene su voluntad de complicar el día a día a los no vacunados.
Con 214 votos a favor, 93 en contra y 27 abstenciones, el texto salió adelante pasadas las cinco de la mañana, hora local, después de que el primer ministro, Jean Castex, participara en la sesión para tratar de calmar los ánimos. “Es lo correcto, no solo para el gobierno, sino para el país, los franceses y la lucha contra la pandemia”, dijo horas más tarde Castex en la cadena BFM TV.
El Ejecutivo confía en que el pasaporte entre en vigor en torno al 15 de enero, pero ya no está en sus manos: el texto pasará ahora al Senado, antes de volver a la Asamblea para su ratificación y ser estudiado por el Consejo de Estado.
Por otra parte, mil directores de colegios de Italia, de unos 8.000 en servicio, pidieron ayer que el Gobierno posponga las clases presenciales hasta el 24 de enero y que no empiecen el próximo lunes, como ha decidido el Ejecutivo de Mario Draghi. Estos trabajadores educativos han enviado una carta a Draghi y al ministro de Educación, Patrizio Bianchi, en la que apuestan por las clases en remoto durante al menos dos semanas y explican que es fundamental aumentar la campaña de vacunación y reducir los contagios antes de permitir la vuelta a las aulas tras las vacaciones navideñas.