1ª ola marzo-abril 2020
- La cronología es inapelable y lo que vino después, impensable. El 28 de febrero de 2020, el Departamento de Salud del Gobierno Vasco se dio de bruces contra la peor crisis sanitaria de este siglo. Aquel día identificó los dos primeros positivos de covid-19 en Euskadi. El miércoles 4 de marzo, se notificó el primer fallecimiento con positivo de coronavirus, el de un hombre de 82 años que murió en el hospital de Galdakao que, por supuesto, no había pasado por China ni por Italia ni por ningún foco del virus. El 11 de marzo la OMS decretó la pandemia. Y a partir de ahí, el desastre.
El viernes 13 de marzo, un Consejo de Gobierno extraordinario, declaró la emergencia sanitaria en Euskadi y la consejera de Seguridad firmó la orden por la que se activaba el Plan de Protección Civil, el famoso LABI. ¿Les suena?
La situación más grave la padecimos en la primavera de 2020, en los meses de marzo y abril. Concretamente en abril llegó a haber un pico de más de 230 enfermos graves ingresados en la UCI, la verdadera zona cero de la pandemia.
La demanda de EPI, respiradores, mascarillas, guantes, dispositivos para toma de muestra, pruebas diagnósticas... Fue simultánea en todo el mundo. Eso provocó momentos de escasez de stock y un problema generalizado de falta de suministros. Además, la primera afección entre sanitarios en el Hospital de Txagorritxu a raíz de un caso importado hizo que el primer golpe del coronavirus penetrase sin compasión en Osakidetza y, al unísono, en el sistema sociosanitario. Porque el mayor número de muertos se ha producido entre los más mayores, y en el espacio residencial, muy vulnerable al virus con un gran número de personas infectadas y fallecidas.