El Palacio Europa de Gasteiz se ha convertido este fin de semana en la cocina del proceso para alcanzar el Pacto Educativo. El acuerdo con la comunidad escolar se está cociendo a fuego lento (colegio a colegio) fuera de los focos como paso previo a la ponencia del Parlamento Vasco. Una vez allí, la pelota estará ya en manos de los partidos políticos que deberán acordar el año que viene la Ley Vasca de Educación sobre la base de este pacto (Hizkuntza Hitzarmena). Antes, el consejero de Educación Jokin Bildarratz quiere consolidar los canales de comunicación abiertos con la escuela vasca para trabajar “en la escucha activa y el intercambio, fomentando la participación del día a día y conociendo de primera mano la realidad”.
Durante dos día un amplio plantel de docentes, especialistas, agentes sociales e institucionales han debatido sobre el presente y futuro de la escuela vasca bajo el paraguas de Eusko Ikaskuntza. Entre otras cuestiones, los asistentes al simposio Sistema Educativo Vasco: en conversación con especialistas, el acento de la ciudadanía han profundizado sobre algunos de los desafíos pendientes: los retos de la escuela concertada, cómo hacer frente a la segregación o el impulso a la equidad.
El Departamento de Educación incluirá las aportaciones de este encuentro en el proceso que lidera para lograr el pacto y acordar los próximos pasos a dar. En palabras de Bildarratz, el objetivo del seminario no ha sido otro que “charlar con expertos y recoger el acento de la ciudadanía” alrededor de las cuestiones candentes del sistema educativo. “Inclusión”, “euskera de eje” como elemento de cohesión social en un contexto plurilingüe, “el empoderamiento de los equipos directivos”, el “papel que deben jugar los ayuntamientos” en la enseñanza de los próximos 30 años en favor de la equidad, “el cuidado” o ceder “más protagonismo a los alumnos” para que sean protagonistas de su aprendizaje.
A juicio de Bildarratz, estos deberían ser los elementos centrales del Pacto Educativo que, en paralelo, enfila hacia la Cámara vasca después de que el lehendakari anunciase en el Pleno de Política General su intención de adelantar un año la aprobación de la Ley Vasca de Educación. Cabe subrayar la contundencia con que el consejero se expresó sobre el problema de la desigual distribución del alumnado de origen extranjero entre la red pública y concertada. “Debemos mirar cara a cara la segregación”, afirmó. En este sentido apuntó a la necesidad de renovar el papel que tienen los ayuntamientos - en concreto del Consejo Escolar Municipal- en la educación por su potencial para favorecer la diversidad.
Pero más allá de las palabras o las intenciones del consejero, lo realmente interesante de los dos últimos días en el Palacio Europa han sido los debates y la aportación de los especialistas en la materia. Cabe destacar las intervenciones de la profesora de Mondragon Unibertsitatea, Amelia Barquín, quien abordó el fenómeno de los guetos; del filósofo Daniel Inerarity con su ponencia Educar en la era de la incertidumbre; o la de Gonzalo Larruzea, una de las voces más activas sobre los valores públicos de la educación. Otros rostros conocidos y reconocibles fueron los del sociólogo catalán Xabier Bonal y el del profesor de la Universidad de Manchester, Adrián Zancajo, quienes intervinieron de forma on-line.
Ana Urkiza, presidenta de Eusko Ikaskuntza, pudo en valor la apuesta de la Sociedad de Estudios Vascos por “promover ámbitos de reflexión, participación y consenso que incidan positivamente en las políticas públicas y en las dinámicas sociales”, y, sobre todo, “en beneficio de la formación integral de las nuevas generaciones”. Urkiza puso sobre la mesa el trabajo que asume su entidad tendiendo puentes y como mediadora. Eusko Ikaskuntza, dijo, además de trabajar con el Gobierno Vasco en este simposio, “ha puesto en marcha un programa para construir consensos en torno al sistema educativo. Un espacio de colaboración y construcción basado en la confianza, en el que abordar los principales retos y sobre los que trabajar para alcanzar el sistema que merecemos”.
Fase social. Desde que asumió el cargo, el consejero de Educación, Jokin Bildarratz, está manteniendo reuniones (unas públicas, pero en su mayoría de forma discreta) con los equipos directivos y distintos agentes para escuchar e intercambiar aportaciones orientadas a cerrar un Pacto Educativo, el suelo de la Ley Vasca de Educación.
Fase política. El lehendakari, Iñigo Urkullu, anunció en el Pleno de Política General de septiembre su intención de adelantar un año, a 2022, la aprobación de la Ley. La semana pasada el pleno del Parlamento Vasco aprobó la creación de una ponencia parlamentaria para definir las bases que permitan un “amplio acuerdo” sobre el futuro de la escuela vasca y que se verá plasmada en la nueva ley.
A la ponencia acudirán expertos, agentes sociales y representantes institucionales para hacer aportaciones y sus conclusiones se remitirán al Departamento de Educación.
“Tenemos que promover los valores de la inclusión, el euskera como eje y el cuidado”
“La convivencia sigue siendo un gran reto en los pueblos y ciudades. Debemos mirar cara a cara la segregación”
Consejero de Educación