La dosis de refuerzo para pacientes inmunodeprimidos severos parece inminente y goza del consenso de los expertos, que, sin embargo, avisan de que generalizarla a toda la población, cuando la mayor parte del planeta aún no ha recibido un pinchazo, tendría consecuencias. Lo principal ahora es acabar de inmunizar a toda la población, señalaron Eva Martínez-Cáceres, vicepresidenta de la Sociedad Española de Inmunología (SEI), y Julián Domínguez, portavoz de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene.

"Se puede morir de éxito vacunando con tres dosis y teniendo zonas del mundo en las que, por no vacunarlas, se genere una variante o tasas altísimas que nos provoquen un escenario nuevo. Intentar revacunar a toda la población con una dosis adicional, que no parece razonable, se puede pagar", avisaba el jefe de Medicina Intensiva del Hospital Universitario de Ceuta, Julián Domínguez. "Primero se tienen que dar las dos dosis a todo el mundo, no solo en España. Es lo único que ha demostrado que puede mejorar esta situación", redundaba la jefa de Inmunología del Hospital Universitari Germans Trias i Pujol, Eva Martínez-Cáceres.

Israel comenzó a aplicar la tercera dosis a finales de julio a personas inmunodeprimidas y mayores de 60 años y este pasado domingo anunció que la extenderá a todos los mayores de 12 años; Estados Unidos pretende empezar a dársela a los mayores de 18 años a partir del 20 de septiembre. Y ayer mismo, Dinamarca anunciaba que ofrecerá en septiembre la tercera dosis a personas con inmunidad "muy reducida" por una enfermedad o tratamiento. En España, la ponencia de vacunas lleva desde julio trabajando en un posicionamiento que se espera conocer a lo largo de esta semana; la propuesta tendrá que ser elevada después a la Comisión de Salud Pública antes de ser refrendada por el Consejo Interterritorial de Salud.

Así lo avanzó el pasado miércoles la ministra de Sanidad, Carolina Darias, quien deslizó que "empieza a surgir un consenso en ciertos colectivos concretos -pacientes trasplantados u oncológicos como personas con inmunodepresión". No obstante, la ministra aguarda a conocer la postura de los equipos técnicos de la ponencia; Sanidad también está a la espera de los resultados de los ensayos clínicos de los laboratorios, así como de la "evidencia real, los estudios observacionales". Y también se está pendiente del criterio de la Agencia Europea del Medicamento (EMA).

Domínguez estimó que esa tercera dosis "sería razonable en personas inmunodeprimidas severas". En este caso, "más que una estrategia vacunal, es un tratamiento específico a personas con problemas específicos". Una de las cuestiones a dilucidar es si se hará un estudio previo de inmunidad: "Eso habrá que verlo" aunque, matizó el experto, "es mucho más fácil vacunar a ciegas".

Afinar

"Primero fue la vacunación masiva, pero ahora hay que afinar y ver realmente qué personas responden. La mayor parte de la población tiene una buena respuesta y a estos no hace falta revacunarlos". Las inmunodeprimidas y las personas muy mayores (sobre todo, las que superan los 80 años), que por el fenómeno de la inmunosenescencia (deterioro del sistema inmune provocado con el aumento de la edad), responden peor, pero "no solo a la covid, sino a todo" serían la población diana.