- Ceuta cumplió ayer dos meses desde que se produjo la mayor crisis migratoria de la historia de la ciudad autónoma y de España con la entrada de unas 12.000 personas por el espigón fronterizo del Tarajal procedentes de Marruecos, y lo hace con el objetivo de que 2.500 marroquíes vuelvan a su país. Hombres, mujeres, niños y familias completas accedieron a la ciudad; hasta 91 personas por minuto, según ilustraba el presidente de la Ciudad, Juan Jesús Vivas (PP).
Los efectos de la crisis migratoria todavía no se han borrado en Ceuta puesto que el Gobierno local calcula que permanecen en la ciudad unos 2.500 inmigrantes marroquíes, tanto acogidos en centros o naves como en las calles, y tiene el objetivo de que regresen a su país. Fuentes del Gobierno autonómico indicaron que la crisis mantiene en la calle a unos 200 menores marroquíes y a un número indeterminado de adultos, después del regreso voluntario de muchos de los que accedieron a la ciudad.
La mayor parte de estos menores y adultos que no están bajo techo se encuentran repartidos por asentamientos ilegales en los montes y en las zonas de costa, así como en las escolleras del puerto. El Ministerio del Interior todavía no ha dado una cifra exacta de las personas que entraron en la ciudad, pero la delegada del Gobierno, Salvadora Mateos, estima que fueron 12.000. En estos momentos Ceuta acoge a 769 menores extranjeros. Y el Gobierno de la ciudad calcula que puede haber unos 1.000 menores y 1.500 adultos, dentro y fuera de los centros y las naves.
El Gobierno ceutí lamentó que el proceso de salida de los marroquíes está siendo “más lento de lo que debería”. El objetivo actual es acabar con los asentamientos ilegales pero también la asistencia sanitaria y de acogida para cubrir las necesidades de estas personas, muchas de ellas familias. No obstante, entiende que los cambios que se han producido en el Gobierno, con la llegada de nuevos ministros, hará que tengan que “esperar unos días para seguir trabajando en este tema”.