El confinamiento, las restricciones de movilidad y las medidas restrictivas al ocio, el deporte y otras actividades están influyendo de forma directa en que adultos y menores estemos mucho más tiempo en casa, y buena parte de ese tiempo transcurre haciendo uso del ordenador, el móvil, la tablet o la televisión. Pasar muchas horas delante de una pantalla, en especial con videojuegos —sin mantener la distancia correcta—, causa a uno de cada tres niños molestias visuales, como lagrimeo, enrojecimiento de ojos, sequedad, visión borrosa o doble, fatiga visual e incluso dolor de cabeza y de cuello, advierten los especialistas.
Según apunta la doctora Nagore Urrestarazu, del ICQO, el uso moderado de los videojuegos puede resultar positivo para que niños y niñas desarrollen determinadas destrezas visuales "porque permiten mejorar la sensibilidad al contraste, desarrollar una memoria visual espacial más completa, o percibir con más rapidez los estímulos visuales", explica. Incluso, según coinciden diversos estudios, puede mejorar afecciones oculares como la ambliopía u ojo vago.
El problema, por tanto, señalan los especialistas de Oftalmología, está en abusar del uso de los juegos digitales, ya que "enganchan" y en un 70% de los casos producen problemas visuales en los más jóvenes. De hecho, la OMS ha incluido en su Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y Problemas de Salud el trastorno por uso de juegos digitales en una medida peligrosa.
Este abuso incontrolado del tiempo destinado a los videojuegos repercutirán en la agudeza visual del menor a medio plazo y en las consecuencias de ésta, como la sequedad ocular y la miopía. Se estima que un 30% de los niños y niñas desarrollará en 10 años una miopía tras el uso excesivo de las tecnologías. En algunos casos podrían desarrollar problemas oculares más severos, como la aparición de la presbicia —vista cansada— en edades tempranas o lo un Síndrome Visual Informático.
Los ojos secos y el cansancio ocular se deben a que, según explica Urrestarazu, "al estar enfocando continuamente, los ojos tienen que hacer un esfuerzo constante. Además, los mantenemos muy abiertos debido a la atención que requiere una pantalla. Esto hace que instintivamente reduzcamos los parpadeos, lo que reduce la lágrima y aumenta la sequedad ocular por la luz azul-violeta que emiten".
Los expertos recomiendan que los menores de 12 años no pasen más de 30 minutos al día con un videojuego o pantalla móvil, y los mayores no más de una hora diaria. Además, aconsejan mantener la pantalla a una distancia de más de 30 cm y parpadear conscientemente una vez cada hora.