El Tribunal de Justicia del País Vasco (TSJPV) ha reconocido a una trabajadora que decidió formar una familia monoparental el derecho a disfrutar de 24 semanas de permiso por nacimiento y cuidado de un hijo, al sumar a las 16 semanas de permiso de maternidad las 8 semanas de permiso de las que goza el otro progenitor. El fallo considera que en las normas de protección de la maternidad prima el interés superior del menor, por lo que que las familias monoparentales -y las mujeres indirectamente porque son mayoría en este modelo de familia- se verían discriminadas en caso de que no se les reconozca la prestación adicional de 8 semanas.

Dicho de otro modo, esta novedosa sentencia reconoce a las mujeres y a familias monoparentales el derecho a tener las mismas prestaciones y permisos por nacimiento y cuidado que las familias nucleares o biparentales en aras de proteger al menor. La promotora de esta sentencia es la abogada de ELA, Zuriñe Kintana, quien tras dar a luz en 2009 a su hija -como madre monoparental- decidió demandar a la Seguridad Social tras denegarle el permiso de 8 semanas de cuidados que le correspondería al otro progenitor. Kintana recurrió esta denegación, y que ahora estima el TSJPV, al entender que su hija iba a sufrir una "clara merma" en su cuidado y atención en comparación con otros niños y niñas nacidos en el seno de una familia nuclear.

LA FISCALÍA RECURRE EL FALLO

Así lo ha explicado Kintana en la comparecencia que ha realizado en la sede de ELA para dar a conocer la sentencia dictada por el Alto tribunal y en la que ha estado arropada por la coordinadora de los servicios jurídicos del sindicato abertzale, Iratxe Ordorika, y la responsable del área de Igualdad, Jone Bengoetxea. Kintana se ha mostrado satisfecha por cuanto que la sentencia reconoce y repara la "discriminación" que sufren quienes deciden formar una familia monoparental y, al mismo tiempo, decepcionada por la decisión del Ministerio Fiscal de recurrir el fallo, "algo poco habitual", ha dicho. No obstante esta abogada, y madre de una niña 11 años, ha declarado que esta sentencia "presenta una lectura de género clara ya que la inmensa mayoría de las familias monoparentales están encabezadas por mujeres".

Por lo tanto, ha dicho, el hecho de ser una mujer representa "un factor de vulnerabilidad social y económica" y ha recordado que "son las mujeres las que presentan los peores datos socio económicos y laborales de un mercado de trabajo basado en la división sexual del trabajo y en una repartición desigual de los cuidados". En todo caso, esta sentencia que podría beneficiar a miles de familias monoparentales y a sus hijos e hijas, igualándolas en derechos a las biparentales, no es firme.