- Lurdes Imaz es la coordinadora de la Confederación de Padres y Madres de Alumnos de la Escuela Pública, EHIGE, que como todos los agentes implicados en el sistema educativo espera con más incertidumbres que certezas el inicio del curso. Aunque algo tienen claro: la apuesta tiene que ser por una presencialidad con garantías sanitarias.
Dos semanas para que comience el curso y muchas cosas por aclarar, ¿cómo ve el panorama EHIGE?
-Antes de verano el departamento de Educación publicó el protocolo en el que indicaba que los centros tenían que prepararse antes tres escenarios. Ahora resulta que no sabemos ante qué situación nos vamos a encontrar en quince días, pero a nosotros los que nos parece imprescindible es la presencialidad. Durante el confinamiento quedó claro que la presencialidad no puede sustituirse por la enseñanza online. La escuela juega un papel muy importante en la socialización del alumnado. Y, además, no estamos preparados para ello por distintas razones: no todos los hogares son iguales, no todos los niños y niñas están en las mismas condiciones...
¿Y están los centros preparados para esa vuelta a las aulas presencial?
-Tener presencialidad exige que los centros tengan más recursos de los que tienen ahora. El Departamento de Educación sabe cuáles son estas necesidades, porque tiene los datos, sabe los ratios de cada centro. Sabe qué recursos necesita cada centro y lo importante es que esos recursos estén en los centros el primer día, el día 7, cuando hay que organizar las entradas y salidas de forma escalonada, mantener distancias etc. Solo así podremos volver de forma segura a la escuela, teniendo en cuenta que la seguridad 100% no existe. Es fundamental que haya una relación constante entre los centros y los servicios sanitarios, que se hagan pruebas o lo que haga falta para que nos adaptemos a la nueva situación. Porque sabemos que hay que convivir con el covid.
¿Las decisiones tienen que ser compartidas?
-Es importante que en las decisiones de los centros se tome en cuenta a la familias y a toda la comunidad educativa. Sí, que sean compartidas porque el protocolo del departamento lo tiene que adaptar cada centro. Las situaciones son diferentes, desde la realidad de contagios de una población al tamaño de la escuela en cadaa lugar. Todos estos son aspectos a tomar en cuenta. Una cosa es un protocolo general, que está bien, pero hay que adaptarlo a cada centro y estos deben tomar las decisiones de forma consensuada con la comunidad educativa.
¿Y el Departamento de Educación?
-Es importante que tenga un diálogo constante con los agentes educativos, porque tenemos un gran reto por delante y es el momento de poner la educación en el centro.
¿Cómo esta siendo la interlocución con Educación?
-En estos momentos no hay diálogo. Sí que lo hubo, antes de verano, pero ahora mismo no existe. Es verdad que hay un nuevo Gobierno y esta situación no facilita las cosas. Pero esto va para largo y lo importante es que, cuanto antes, el nuevo departamento se ponga a hablar con toda la comunidad educativa. Es la única manera de afrontar los retos que tenemos por delante y poner en marcha el curso.
Recetas universales, pocas
-Cada centro está elaborando sus planes adaptados a distintas situaciones. Habrá que ver a qué realidada se tendrán que enfrentar al inicio de curso y necesitarán la aprobación del departamento para sus planes. Cada situación es y será diferente y es necesario tener los recursos suficientes para poder garantizar la educación de forma segura. Habrá pautas generales, pero cada centro es un mundo. No es lo mismo una Eskola Txikia que un centro con 1.000 alumnos en el corazón de Bilbao. Cada escuela verá de qué espacios disponen, cómo puede separar al alumnado...
¿Cómo se podrían solucionar las limitaciones de espacio para bajar ratios?
-Sería importante que los centros pudieran utilizar, si lo necesitan, distintos espacios públicos para repartir el alumnado y disponer de más profesorado. No hay recetas para todos y habrá que ser flexibles. Es importante que haya disposiciones sanitarias para todos los centros, pero estos las tendrán que adaptar con los recursos necesarios, tomando en cuenta a toda la comunidad educativa y considerando las prioridades de las familias. La situación es cambiante y habrá casos en que haya que cerrar algún aula, pero tenemos que convivir con el covid durante un tiempo.
¿Cuando habla de recursos hace referencia a más profesorado?
-En muchos casos se requerirá de más profesorado, lógicamente, por ejemplo para desdoblar aulas. Pero me refiero también a más espacio, a que si hace falta se disponga de espacios municipales, y también al tema sanitario. Que haya enfermeras en cada centro es una buena idea. El profesorado sabe dar clases, pero estamos en una situación sanitaria preocupante y una buena idea sería tener enfermeras en los centros o que, al menos, estos tuvieran una relación muy estrecha con los recursos sanitarios del entorno. No podemos dejar a los centros con un reto que va mucho más allá de lo pedagógico.
¿Cuáles son las principales preocupaciones de EHIGE'?
-Aunque apostamos por la presencialidad en un espacio seguro es importante preparar a los centros ante una posible en enseñanza mixta si no se puede dar esa presencialidad. Eso exige formación para el profesorado, para el alumnado y también para las familias. Hay que garantizar que todo el alumnado pueda seguir la enseñanza online y tenga para ellos dispositivo y conexión. Consideramos muy importante que haya una única plataforma para la enseñanza online en todos los centros públicos. Pero siempre hay que tener claro que un ordenador no puede sustituir a la presencialidad.
¿De qué ha valido la experiencia del curso pasado?
-El pasado curso se valoró lo avanzado hasta marzo y el último trimestre sirvió de refuerzo. Pero, insisto, lo que quedó claro es que la presencialidad no se puede sustituir y menos en los tramos de edades más bajas. Cuanto más autónomo es el alumnado resulta más fácil la enseñanza online, no así en los más pequeños. También quedó en evidencia que la realidad de cada casa es diferente, que no todo el alumnado tiene un espacio para sí mismo, un dispositivo propio... A veces había ordenadores que se tenían que compartir entre la familia.
Y otras muchas dificultades
-El profesorado dio todo lo que pudo, sacó lo mejor que tenía y metió un montón de horas. Pero para las familias, muchas veces para las madres, el esfuerzo fue terrible. Atender las clases, la familia, el trabajo... Fue una gran sobrecarga y muchas familias tienen miedo de volver a lo mismo. Queramos o no la escuela para muchas familias es también un recurso de conciliación, es una realidad que no se puede obviar. Además, el alumnado desde marzo no ha ido a la escuela y lo necesita, pero también lo necesitan las familias.
¿Y cómo será esa vuelta?
-Tenemos por delante el reto importante de volver a la escuela lo mejor posible, teniendo en cuenta que va a haber casos en los que habrá que cerrar aulas y en los que el alumnado tendrá que volver a casa. Pero, poco a poco, tenemos que construir la escuela en esta nueva realidad.
¿Es la presencialidad garante de la igualdad en la educación?
-La educación online no es para todo el alumnado. Hay alumnado que funciona bien online, pero no es para todos. Ocurre que estamos ante una situación sanitaria que nadie esperaba para estas fechas. Hicimos planes pensando que estaríamos en otro escenario y no ha sido así.
¿Cuáles son las inquietudes que les ha transmitido el profesorado?
-Principalmente que para activar el protocolo de departamento necesitan de más profesorado. Los sindicatos han hecho sus cálculos y así lo indican. Pero el departamento también habrá hecho sus cálculos y tiene datos de ratios y espacio disponible y, por lo tanto, sabe qué recursos se requieren en cada caso para poder afrontar el nuevo curso de forma segura. En otros países ya han comenzado el curso y en Iparralde están a punto de hacerlo. Podemos aprender de esas experiencias y ponernos en marcha en base al diálogo.
Hay servicios esenciales para las familias, como el transporte y jangelas, que están en suspenso
-Sí, y que son esenciales. El transporte es la garantía en muchos casos para que el alumnado vaya al centro. Luego está el comedor, que permite, por una parte, conciliar a las familias y que es un recurso básico. Hay que hacer un esfuerzo para dar este servicio que para parte del alumnado garantiza una comida importante. Habrá que ver cómo se organiza, si se utilizan distintos espacios para comer, si se hacen más turnos... No nos podemos permitir prescindir del comedor escolar.
Esta situación de nervios e incertidumbre está afectando al alumnado?
-Me gustaría que hubiera más tranquilidad y hay que transmitirla, porque estamos ante un reto importante. Lo que se necesita es que los centros cuenten con los recursos necesarios para iniciar el curso de forma segura. El alumnado lleva desde marzo sin ir al colegio y volverá con miedo, sí, pero también con nuevos aprendizajes adquiridos. Ha estado en casa con sus familias y ha podido aprender otras cosas. Lo importante sería aprovechar esos nuevos aprendizajes y más en un curso que no va a empezar de forma normal. El alumnado se tiene que adaptar también a la nueva situación, porque la escuela es un reflejo de la sociedad. Lo que tengo claro es que el profesorado, que también ha tenido sus experiencias, las aprovechará para enriquecer la experiencia educativa.
¿Medidas como PCR para el profesorado es algo que valorarían como positivo?
-Creo que queda pendiente por parte del Departamento de Salud decir qué tipo de pruebas se van a hacer en los centros. Aunque haya descartado las PCR, está pendiente que el Departamento de Salud diga qué pruebas, cribados o seguimientos se van a hacer. Lo tendrán que aclarar de aquí a quince días. También sería importante aclarar cuándo se cierra un centro, un aula, cuántos casos tiene que haber en un centro para cerrarlo, por cuánto tiempo... Sería muy importante que las familias supieran todo eso desde el primer día y todavía no está claro.
"Es necesario más profesorado, pero también poder disponer de espacios municipales si es necesario para garantizar ratios"
"Sería importante que las familias tuvieran más información del Departamento de Salud para el primer día del curso"
"Ante una situación sanitaria tan preocupante como esta sería una buena idea tener enfermeras
en los centros educativos "