- La Agencia Vasca del Agua (URA) y cuatro consorcios de Bizkaia, Araba y Gipuzkoa empezaron a tomar muestras en las aguas fecales que recogen cuatro depuradoras y en seis puntos de la red de la metrópoli de Bilbao con el objetivo de detectar con antelación la presencia del coronavirus El acopio de datos forma parte de una iniciativa lanzada por el Gobierno del Estado, denominada Vatar-covid-19, en el que son analizadas las aguas sucias antes que entran en 27 plantas de limpieza ubicadas en 16 autonomías, con el fin de crear para octubre una herramienta de alerta temprana que detecte nuevos rebrotes de la enfermedad.
Josu Perea, director de Gestión de Dominio Público de URA coordina el programa en el País Vasco. Explica como “existen varios trabajos, tanto a nivel estatal como internacional, que relacionan la presencia de material genético del covid-19 en las aguas residuales con los casos contrastados de infección por el coronavirus. Las curvas son muy similares”.
Sobre esta base, desde los ministerios para la Transición Ecológica y Sanidad se pusieron en contacto con URA para informarles que iban a tomar muestras en la estación depuradora de aguas residuales (EDAR) de Crispijana, gestionada por Amvisa, en Gasteiz, y también en la de Galindo, donde el Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia (CABB) recoje todas las aguas fecales de la metrópoli bilbaina.
“Nosotros quisimos ir más allá y, tras reunirnos con los entes gestores de agua vascos, les propusimos tomar nosotros también muestras en la planta de Loiola, de la zona de Donostialdea, y la EDAR de Atalerreka, que recoge las aguas de la zona de Irun y Hondarribia, ”, especifica Perea. Además, en el caso de Galindo, por aglutinar mucha población, se decidió extraer datos en la red de colectores, antes llegar a la depuradora. Así, “realizamos muestreos en seis puntos para permitir estudiar los resultados obtenidos por núcleos de población geográficamente diferenciados”, explica Elena Aspichueta, subdirectora de Laboratorios del CABB. Además, apostilla el responsable de URA “se evita que la carga genética se diluya en los largos recorridos que tienen estas aguas hasta llegar a Galindo”. Los puntos son el bombeo de Lamiako, en Leioa; dos interceptores ubicados en Barakaldo y Sestao; y otros tres en Bolueta, Bilbao centro y en la salida del colector de la capital. Josu Perea quería aclarar que “lo que analizamos es carga genética del covid-19, no el propio virus en sí. Lo que se recoge no tiene capacidad de infección ya que se va diluyendo en el recorrido”.
El proceso se inició la semana pasada con la primera toma de muestras utilizando “un protocolo común propuesto por el ministerio para utilizar criterios homogéneos en todos los proyectos que tengan este fin”, destaca Aspichueta. Todas las pruebas recogidas por el CABB y URA son enviadas a Anbiolab, el único laboratorio vasco reconocido oficialmente para llevar a cabo los análisis que detecten los rastros del virus. Los resultados se envían tanto al área de Salud Pública del Gobierno Vasco como al ministerio para la Transición Ecológica.
Según explica Perea, “los primeros análisis han dado cero presencia o en el limite de detección”, unos datos iniciales a sumar a las muestras que se van a tomar los próximos meses semanalmente entre lunes y miércoles. Un horquilla temporal necesaria ya que, para que sea válida la toma “tiene que haber una punta de carga en las aguas residuales, sin lluvias previas y evitando vertidos industriales o asociados a centros hospitalarios”, concreta la especialista del CABB.
A partir de ahora “harán falta unas cuantas semanas para entender los datos recogidos, contrastarlos con los de contagio, ver si siguen una lógica, cuales son las razones de su presencia...” predice el director de URA. Toda esa labor se efectuará a nivel estatal por el ministerio para la Transición Ecológica con los datos vascos y los del resto del Estado en una investigación abierta. Perea no descarta que “según los resultados se pueda extender el proceso a más depuradoras o puntos de la red que surten, por ejemplo, a la de Gasteiz, para saber exactamente la zona de donde viene la carga. Es un proyecto dinámico”.
Proceso. La recogida de muestras consiste en tomar un litro y medio de agua residual, preferentemente con tiempo seco, para evitar el efecto de dilución que produce la lluvia. Una vez llegan las muestras al laboratorio de saneamiento del CABB, se cumplimenta un acta de toma de pruebas, y este volumen se reparte en botes de distintos tamaños, se identifican y se separan en dos lotes. Uno de ellos se quedan en el propio laboratorio del consorcio y el resto se envían a las instalaciones de Anbiolab, en Derio. En las dependencias del CABB se hacen las determinaciones físico-químicas habituales de un agua residual y en el laboratorio externo se realizan los exámenes genéticos del covid-19.
La Agencia Vasca del Agua (URA), el departamento vasco de Salud, el Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia, Aguas de Añarbe, Amvisa, la Mancomunidad de Txingudi y los ministerios para la Transición Ecológica y de Sanidad.
El gobierno central prevé efectuar 3.000 análisis de control del material genético con una inversión inicial de dos millones de euros.
“Lo que analizamos es carga genética, no el virus en sí, así que no tiene capacidad de infección”
Director de Gestión de Dominio Público