Bilbao - Garantizar la seguridad de todos los conductores que utilizan la autopista A-8 se ha convertido en la prioridad absoluta de la Diputación. Por ello, se ha establecido un protocolo para que, en el caso de que se produzca cualquier mínima sospecha de que pudiera producirse un nuevo deslizamiento, la vía rápida se corte al tráfico. "Hemos reforzado los protocolos de seguridad que ya activamos el mismo día 7 gracias a la labor de monitorización que tenemos en el vertedero", anunció Imanol Pradales.

El protocolo se activa en cuanto alguno de los testigos detecta la posibilidad de que pueda producirse un nuevo deslizamiento. En ese momento se emite una prealerta que moviliza recursos de la Diputación y la Ertzaintza; si se determina que el riesgo de desprendimiento es real se cortará la autopista en ambos sentidos. Para ello se van a instalar esta semana semáforos a ambos lados del by-pass. Los vehículos se desviarían por un recorrido alternativo por la autovía Gerediaga-Elorrio y el alto de Kanpazar, desde Gerediaga y Eibar. En el caso de la variante de Ermua, el protocolo de actuación es el mismo, sacando el tráfico en las rotondas del peaje y de San Lorenzo, y desviándolo por la N-634 a través de Ermua.