Málaga, 20 ene (EFE).- Los padres de Julen, el niño de dos años que murió al caer a un pozo en Totalán (Málaga), y el dueño de la finca, David Serrano, han alcanzado un principio de acuerdo para evitar que se celebre mañana el juicio en la Ciudad de la Justicia de Málaga.
Serrano ha aceptado una condena por un delito de homicidio por imprudencia grave que oscilará entre los seis meses a un año de prisión ya que se le aplicará el atenuante de reconocimiento tardío de los hechos y reparación parcial de los daños, según han informado a Efe fuentes judiciales.
El procesado también ha aceptado al pago de la indemnización, que puede ascender a unos 180.000 euros, aunque será mañana cuando se ultimen los detalles de acuerdo y el magistrado del Juzgado de lo Penal número 9 de Málaga tendrá que dar el visto bueno a la conformidad.
En los términos del principio de acuerdo se suspende la condena, que podría aplicarse la pena mínima por los atenuantes y el compromiso de pago de la indemnización que ha aceptado, y hoy está previsto que el acusado abone 25.000 euros y el resto a 50 euros al mes hasta que mejore su situación económica.
El abogado del dueño de la finca y la letrada que representa a los padres de Julen se han reunido esta mañana en la Ciudad de la Justicia de Málaga con el fiscal encargado del procedimiento para explicarle los términos del principio de acuerdo y el ministerio público ha dado el visto bueno, según las fuentes.
Este pacto tendrá que ser ratificado mañana por todas las partes ante el titular del Juzgado de lo Penal número 9 de Málaga que constituirá la Sala como en cualquier juicio de conformidad para que el acusado reconozca los hechos y se conforme con la pena y la indemnización que se le imponga.
Este principio de acuerdo se ha producido después de que David Serrano haya ido a buscar a los padres de Julen, José Roselló y Victoria García, para pedirles perdón por lo sucedido y expresar su arrepentimiento por todo lo acaecido.
David Serrano hasta ahora siempre se había declarado inocente y desde el primer momento intentó desviar su responsabilidad acusando en primer lugar al empresario que hizo la prospecciones que había, posteriormente afirmó que el equipo de rescate pudo causar lesiones a Julen y más tarde acusó José Roselló de no decir la verdad, ya que mantenía que lo avisó del peligro.
El 13 de enero del 2018 el acusado acudió en compañía de su pareja y su hija menor así como los padres de Julen y el pequeño a dicha parcela con la intención de hacer un arroz y pasar el día en el campo.
Julen se bajó de la silla y se metió en una zanja de poca profundidad que había en la zona, pero se puso a correr por lo que su padre salió corriendo detrás para evitar que se hiciera daño pero el pequeño se coló por la boca del pozo.
El fiscal y la acusación particular siempre han mantenido que el acusado era el único conocedor de la presencia de la prospección y que los padres de Julen y la pareja del acusado desconocían que estaban preparando la comida a diecisiete metros de distancia de un pozo sin tapar.
El pequeño fue rescatado sin vida el 26 de enero a las 3:29 horas de la madrugada y la causa de su muerte fue por la caída al pozo en la que sufrió traumatismo craneoencefálico y raquimedular.