Al detalle

El Gobierno Vasco suspende la concesión de permisos para la instalación y funcionamiento de nuevos locales de juego hasta que revise el actual Reglamento General del Juego. Además, se impedirá las reformas en los actuales locales que supongan ampliar su superficie y prohibirá la concesión de nuevos permisos de explotación de máquinas tragaperras.

Las cifras

210

En Euskadi, el límite por ley está fijado en 210 salones de juego y ya se ha alcanzado ese número de autorizaciones. Solo en 2018 se abrieron 32. En la actualidad hay en funcionamiento 205 salones de juego (y otros cinco tienen la autorización pertinente), 34 casas de apuestas, 14 bingos (y dos más tienen licencia de actividad) y 2 casinos. Para que estos establecimientos trabajen de acuerdo a la normativa, la Ertzaintza contaba en 2019 con una unidad especializada que involucra a una treintena de personas. Principalmente vigilan que no funcionen fueran del horario establecido y que se mantenga a los menores de edad lejos del juego.

Vitoria - Hace unos meses, en octubre, el equipo de Ada Colau hizo lo mismo en Barcelona con el argumento de "preservar la salud de la ciudadanía y evitar adicciones" principalmente entre la población joven, incluidos menores de edad. Luego lo hizo el Ayuntamiento de Iruñea atendiendo a idénticos razonamientos. Y también han hecho lo propio la Comunidad de Madrid, Baleares,... Ahora parece que ha llegado el turno de abordar esa realidad en Euskadi, donde existen 205 salones de juego y 34 locales de apuestas, a los que se añaden las 5.000 plazas que suman los distintos bingos que operan en la geografía vasca.

De momento, se ha decidido suspender la concesión de más permisos para la instalación y funcionamiento de nuevos locales de juego en la Comunidad Autónoma Vasca (CAV). Al menos, hasta que sea revisado el actual Reglamento General del Juego, un proceso que podría prolongarse durante nueve meses, apuntaban fuentes del Departamento de Seguridad del Gobierno Vasco. Esta decisión, dada a conocer ayer por la consejera Estefanía Beltrán de Heredia, no afectará a los siete locales, cinco salones de juego y dos bingos, que a día de hoy cuentan con la autorización pertinente en vigor y que podrían abrir próximamente.

Como justificó Beltrán de Heredia, el objetivo de la revisión del reglamento "es reducir los riesgos de un uso inadecuado del juego y evitar, en la medida de lo posible, problemáticas de adicción" entre jóvenes y adolescentes. De este modo se atiende a la creciente preocupación social que, ya en septiembre del año pasado, vivió un caso extraordinario por inusual en Judimendi, un barrio de la capital alavesa: la constancia y presión vecinal condujo a la liquidación de un local de apuestas.

Su proximidad a centros escolares, la congestión que soportan algunas calles de municipios y ciudades y los graves impactos en las clases sociales más desfavorecidas están detrás de este proceso. Los riesgos de adicción y sus efectos directos y peligrosos sobre el entorno social y familiar están ahí. Con este panorama es lógico que desde la Administración se insista por un lado en el juego responsable y, al mismo tiempo, se pongan en marcha mecanismos para poder regular y controlar un sector que mueve mucho dinero. Un ejemplo: en 2017 los vascos gastaron unos 340 millones de euros en empresas autóctonas de apuestas.

La revisión de la planificación del juego -ilustraron fuentes del Ejecutivo vasco- se fundará en estudios sobre el sector y la percepción social sobre esta actividad elaborados por el Observatorio Vasco del Juego, así como en las líneas estratégicas de un plan de acción sobre esta materia. "La reforma del sistema atenderá a lo dispuesto en la Ley de Atención Integral de Adicciones y Drogodependencias y en el Plan de Adicciones de Euskadi 2017-2021", apostilló Beltrán de Heredia.

Control de menores En concreto, se analizará la mejora de los controles de acceso a estos locales, se revisará la distancia entre estos salones y casas de apuestas y los centros educativos, y se tratará de mejorar la coordinación entre administraciones públicas para proteger a los colectivos más vulnerables, entre otros aspectos. Hasta septiembre del pasado años, un total de 16 menores fueron identificados en los 1.073 controles realizados por la Dirección de Juego y Espectáculos para controlar la presencia de menores en locales de juego y apuestas. En el transcurso de esas inspecciones los agentes levantaron 12 actas por presencia o por juego e identificaron a 10 menores en Bizkaia, 3 en Gipuzkoa y otros 3 en Araba.

También se impedirá las reformas en los actuales locales que supongan ampliar la superficie y se prohibe la concesión de nuevos permisos de explotación de tragaperras. Y eso teniendo en cuenta que en los últimos años ha caído el número de bares con máquinas de este tipo. Con todo, en el conjunto de la geografía vasca hay alrededor de 8.000 tragaperras; y en los salones de juegos unas 2.500 más. Y todas ellas, todas, pagan su correspondiente tasa.

Este inicio del procedimiento para revisar la planificación del juego en Euskadi es trienal y coincide con los pasos adoptados por otras administraciones para intentar poner límites a la publicidad del juego on line y, fundamentalmente, a la proliferación de las casas de apuestas deportivas. Cada institución lo está haciendo dentro de sus competencias. El Gobierno español tiene la jurisdicción sobre los juegos de azar on line (apuestas, juegos de casino, maquinas de azar, póquer y bingo), además de en juegos como Loterías y Apuestas del Estado y la ONCE, mientras que las comunidades son competentes en los de su ámbito territorial, como las casas de apuestas presenciales y los salones de juego.

La supervisión de la planificación del juego deberá ser aprobada por el Consejo de Gobierno en el plazo de nueve meses, aunque se contempla la posibilidad de decretar una prórroga "por razones de interés público". La visión de conjunto que proporcione el Observatorio Vasco del Juego -creado en febrero de 2019- permitirá seguir trabajando y profundizar "en la adopción de medidas de prevención y control del juego responsable".