El Aita Mari, el atunero guipuzcoano reconvertido en barco de rescate para la ONG Salvamento Marítimo Humanitario, zarpó ayer del puerto de Pasaia con rumbo a Lesbos para repartir ayuda humanitaria a los refugiados acogidos en la isla griega.
El barco, cargado con zapatos, ropa de abrigo, mantas, sacos de dormir y material de higiene, tiene previsto hacer escala en Sicilia dentro de diez días aproximadamente y, desde allí, llegar a Lesbos tras otras cuatro o cinco jornadas de navegación.
Familiares y amigos, y algún representante político, de formaciones como Podemos, Ezker Anitza y el PNV, despidieron a los once miembros de la tripulación del Aita Mari, que navegan con un despacho de la Marina Mercante que impide al barco realizar operaciones de rescate.
El presidente de la ONG Salvamento Marítimo Humanitario, Iñigo Mijangos, lamentó la tardanza de la salida del Aita Mari, cuyo plan era haber partido de Pasaia a finales de agosto, debido a la “demora” en obtener la autorización de la Dirección General de la Marina Mercante.
Mijangos insistió en “poner el foco en la situación de injusticia que se está produciendo en el Mediterráneo”, donde “se registra también “un alto numero de muertes en la mar por la falta de opciones humanitarias frente a una política de Europa fortaleza”. Aunque la misión del Aita Mari es el reparto de ayuda humanitaria, la ONG no descarta intervenir en alguna operación de rescate en caso de que corriera peligro la vida de algún inmigrante, ya que entienden que “el barco está más que preparado” y que “las leyes internacionales marcan que a la gente hay que salvarla y que no se puede abandonar a nadie en el mar”. - Efe