velocidad. Unas decenas de corredores del encierro protagonizaron ayer una sentada antes del inicio de la carrera para protestar por la velocidad que marcan los cabestros en los encierros. Este grupo de corredores se queja de que los bueyes, que llegan entrenados a los encierros, lideran la manada de principio a fin de la carrera con su fuerte ritmo y llevan demasiado arropados a los toros, lo que dificulta que los mozos puedan correr delante de las astas. El antideslizante que se aplica en el firme desde hace años favorece este tipo de encierro. Foto: Iñaki Porto