BILBAO. En una sentencia del tribunal vizcaino, se impone además al acusado la prohibición de acercarse a menos de 500 metros a la víctima, su domicilio o trabajo durante nueve años, así como a indemnizarle con 33.340 euros por las lesiones que le causó y otros 50.000 euros por las secuelas, referidas a la pérdida de visión del ojo izquierdo.
Según los hechos que la Audiencia de Bizkaia ha considerado probados, el acusado, que se ha declarado insolvente, acudió acompañado de otros dos hombres, la tarde del 20 de diciembre de 2013 al concesionario Autos Diamante de Galdakao y se dirigió a hablar con uno de sus empleados.
"Tras cruzar unas palabras, le propinó dos puñetazos en el rostro" y los otros dos individuos impidieron huir a la víctima huir y le hicieron caer al suelo, donde el acusado "le propinó diversas patadas y puñetazos" en la zona izquierda de la cara.
Esos golpes, causaron a la víctima un traumatismo facial, uveítis traumática y desprendimiento de retina del ojo izquierdo, que requirieron de cuatro intervenciones quirúrgicas y tratamiento de rehabilitación, si bien finalmente perdió la visión en ese órgano y necesitará tratamiento médico de por vida.
La Diputación determinó que el lesionado padece una discapacidad del 16 %, como consecuencia de esa pérdida de visión.
La víctima, que necesitó además tratamiento psicológico, relató ante la Sala, que la tarde de autos el acusado le llamó para decirle que quería cambiar un coche que le había vendido y que se citaron en el concesionario donde apareció el agresor junto a otras tres personas, pero sólo el acusado le golpeó mientras los otros individuos le impedían escapar de la paliza.
El tribunal ha condenado al acusado por un delito de lesiones con pérdida de órgano principal, al estimar que golpeó a la víctima reiteradamente en la misma zona de la cara estimando el peligro real de que el resultado lesivo de su actuación fuera la pérdida de visión.
También ha argumentado que el acusado "se valió de su superioridad física al estar apoyado en sus actos por otras dos personas, así como por la gran cantidad de golpes propinados" y establece una pena de siete años de cárcel.