DONOSTIA. El auto de conversión de la causa en Procedimiento Abreviado, que cierra la instrucción, considera que los hechos relatados por trece de las quince denunciantes podrían ser constitutivos de distintos delitos de agresión sexual, abusos sexuales, vejaciones, acoso, acoso sexual y contra la intimidad, si bien no concreta su número.

El texto aprecia también que los hechos relatados por las dos mujeres restantes no son constitutivos de delito alguno, "sin perjuicio de que, obviamente, puedan resultar muy molestos para las perjudicadas", y sobresee por ello ambos casos.

El documento decreta igualmente el archivo provisional de las actuaciones iniciadas contra la esposa del tatuador, tras constatar que "no se ha demostrado en absoluto que tuviera conocimiento" de lo sucedido.

La defensa del procesado, que ejercen los letrados Fernando Pamos de la Hoz y Cristina Morcillo, ha presentado ya un recurso de reforma y subsidiariamente de apelación al entender que en el auto faltan elementos para "poder determinar" los delitos imputados y que existe una "falta de fijación de los posibles tipos" delictivos.

Estos abogados ponen de manifiesto asimismo la existencia de "lagunas esenciales" respecto a los "momentos temporales" de los hechos relatados por algunas víctimas, motivo por el que también solicitan la puesta en libertad de su cliente, de nacionalidad venezolana.

El auto ahora recurrido relata, "con la provisionalidad propia del momento procesal" previo a la apertura del juicio oral en el que se encuentra el asunto, los casos de las trece presuntas víctimas ocurridos supuestamente entre febrero de 2013 y el mismo mes de 2018, si bien no especifica los días de muchos de ellos.

El texto relata distintas situaciones de contenido sexual, la mayoría sucedidas en el estudio de tatuaje del procesado, aunque también en su domicilio e incluso en una escuela de tatuaje de la que era profesor.

Entre otras conductas, el escrito enumera supuestas frases obscenas dirigidas a estas mujeres que también habrían sido víctimas de tocamientos y besos en contra de su voluntad a pesar de que varias de ellas habrían comunicado al procesado que se encontraban "incómodas" con su actitud.

La investigación del caso comenzó "de oficio" después de que una mujer colgara en su perfil de Facebook que había sido acosada sexualmente por un tatuador en un establecimiento de San Sebastián.

Posteriormente, la unidad de investigación de la Guardia Municipal recabó información a través de la colaboración ciudadana y comenzaron a registrarse nuevas denuncias, por lo que el 5 de febrero del año pasado se procedió al arresto del tatuador cuyo ingreso en prisión provisional fue decretado por el juez.