Quien más, quien menos, todos habrán oído hablar de las lentejas que comen en Italia para recibir el Año Nuevo pero cada país del mundo esconde tradiciones sorprendentes y únicas con las que celebran la Nochevieja y la Navidad. Irina Vasiliauskaite, Norma Brotonel, Amparo Medina, Paul Feith, Imran Anjum y Breman Bah comparten sus recuerdos más entrañables de estos días y relatan algunas de esas costumbres típicas de Lituania, Filipinas, Colombia, Estados Unidos, Puerto Rico, Pakistán y Mali.
Doce comidas diferentes y ventanas limpias
Irina Vasiliauskaite reconoce haber tenido la suerte de conocer las costumbres de dos religiones mayoritarias: católica, mayoritaria en su país, y ortodoxa. Pese a que en Lituania en la mesa se colocan doce comidas diferentes, en Nochebuena no se come carne. Es muy típico el plotka, literalmente cuerpo, una forma consagrada en las iglesias que se decora con figuras de ángeles y que se reparte, en trozos, entre todos los miembros de la familia que se reúnen en la mesa. “Es lo primero que se come en la cena. Es una tradición muy bonita porque representa el compartir”, explica. Leche de semillas de amapola, kuchukai -kuchu significa Nochebuena en lituano, unas bolas dulces-, raviolis rellenos de boletus y fritos en aceite, y arenque con abrigo de patata, remolacha y mayonesa completan el menú de la víspera de Navidad. Las ventanas de las casas se decoran con ángeles hechos con papel, ganchillo, telas o cerámica, que se regalan “para desear suerte”. Eso sí, antes de colocarlo hay que limpiar bien las ventanas; incluso hay un día destinado para ese fin, el Jueves Limpio, previo a Navidad. Y si en Nochebuena es el Abuelo de la Navidad quien trae regalos a los niños, la Nochevieja también tiene su propio personaje: el Abuelo del Frío, que llega acompañado de su nieta, que está hecha de hielo. Antes de las campanadas, hay que cenar con dos nueces al lado del plato, para atraer la buena suerte, y mientras suena el carrillón, pedir un deseo. “Luego todo el mundo sale a la calle con champán para brindar y felicitar el año, se tiran fuegos artificiales, se baila y se canta...”, relata Irina. Según el calendario ortodoxo, la Nochebuena es del 6 al 7 de enero, y el 13, “año nuevo según el calendario viejo. Se dice así”.
Villancicos y luces desde septiembre
Las Navidades se preparan con mucho tiempo en Filipinas. “Cuando llegan los meses terminados en -re, la gente empieza a pensar en esos días festivos”, explica Norma Brotonel. En noviembre comienzan a verse las primeras luces y farolillos de colores que adornan las casas, calles y tiendas, y desde el 1 de diciembre hay grupos de niños y jóvenes que van de casa en casa cantando villancicos a cambio de unas monedas. Nueve días antes del 25 se empieza a celebrar la Misa del Gallo, que se repite todas las madrugadas a las 5. En Nochebuena son típicos el lechón asado, una paella muy especiada, los rollos de carne picada y los pescados rellenos; de postre, flan y macedonia. El Día de Navidad, los niños buscan a sus madrinas, que les entregan dinero y regalos. “Les saludan tocando su mano izquierda a la frente, no dándoles dos besos”, apunta Norma. “Se comparte mucho; las puertas de las casas se abren y las familias comparten su comida con otras personas que no tienen con quién pasar ese día. Incluso los niños tendrán sus regalos”, añade. Incluso la Nochevieja y el Año Nuevo tienen ese carácter familiar. “Se dice que la familia que empieza el año nuevo unida, permanecerá siempre unida”, explica Norma. Al llegar la medianoche, no pueden faltar unas monedas en el bolsillo, para atraer la prosperidad.
Lentejas en los bolsillos y quema del Año Viejo
Más que en la llegada del Año Nuevo, en Colombia la celebración más importante se centra en la Navidad. “Somos un país muy fiestero y también empezamos a arreglar las casas a principios de noviembre”, cuenta Amparo Medina. En las decoraciones de las casas nunca falta un pesebre, “muy tradicional, con sus casitas, que representa el nacimiento de Jesús. Colombia es un país muy católico y es el sentido que se le da a la Navidad”. Incluso los parques se decoran con estas estampas, con figuras de gran tamaño. En Nochebuena se cena en familia y el día 25, después de que el Niño Dios deje sus regalos a los niños debajo de la almohada, todos salen a pasar el día fuera, “a la piscina, al río, al monte... Se hacen asados”. Para el 31 se prepara un muñeco llamado Año Viejo, con papel y ropa, que se quema, junto a una nota donde se escribe aquello que se quiere dejar a atrás. La entrada de año se celebra en la calle, “con una gran fiesta y muchísima animación”, y lentejas en los bolsillos para que nunca falte la comida. El Día de Reyes se lleva la figura del niño Jesús de casa en casa; se llama la Correría del Niño.
Calcetines para Saint Nick y parrandas
Se puede creer que, por la influencia del cine norteamericano, se conoce al detalle cómo se celebra en Estados Unidos la Navidad. Gran error. Solo un ejemplo; esos calcetines que cuelgan de la chimenea -se llaman stockings- no los llena Santa Claus sino Saint Nick, que llega el 6 de diciembre con dulces y pequeños regalos. Lo que sí es un fiel reflejo de la realidad es la recargada decoración navideña de las viviendas. “Hay familias que tardan hasta una semana en llenar toda la casa y el jardín de luces, figuras... Un plan típico es ir en coche a barrios que están muy decorados”, explica Paul Feith, nacido en Puerto Rico pero que creció en Wisconsin. Tampoco puede faltar un gran árbol -“en nuestra casa medía cuatro metros”- y la comida en familia de Navidad, con jamón asado y, a falta de turrones, diferentes tartas. Aunque es costumbre verlo en la televisión, el Año Nuevo se recibe con una cuenta atrás en grandes fiestas con amigos en bares o casas particulares. Eso sí, al día siguiente todos descansan. “Debería celebrarse como el día de la resaca... Es el día en el que más trabajan los restaurantes que envían pizzas a domicilio”, se ríe. En el Wisconsin de su infancia, hay un grupo de personas, que se hacen llamar Polar Bear Club, que reciben el año bañándose en el helado lago Michigan.
Nada que ver con su Puerto Rico natal, donde un clima mucho más benigno invita disfrutar de estos días en la calle. “Cada día es una fiesta”, relata, con comidas y fiestas multitudinarias incluso el Día de Reyes. Y casi todas las noches hay parrandas, grupos de jóvenes y niños que recorren las casas de madrugadas cantando villancicos hasta que sus moradores les dan de comer y beber.
Sin tradición de celebrar la Nochevieja
La tradición de celebrar Nochevieja no existía hasta hace un par de décadas en Pakistán; la globalización ha llevado esta costumbre hasta las ciudades más grandes pero todavía hay zonas rurales en las que incluso hoy en día esa noche pasa totalmente desapercibida. “Cuando yo era pequeño, en la década de los 80, no se despedía el año. El día 1 es festivo, lo más típico es ir a ver partidos de criquet o algún deporte tradicional como el Cabadi, pero la víspera era una noche más”, explica Imran Anjum. Ahora se van adoptando tradiciones occidentales y, aunque no existen discotecas, la gente se junta en restaurantes o parques. Crisol de la religión cristiana, musulmana e hindú, solo los dos primeros celebran la Navidad el día 25, festivo en Pakistán también por ser el nacimiento de Muhammad Ali Jinnah, libertador del país.
Siempre se estrena ropa en Nochevieja
Con mayoría musulmana, en Mali solo una pequeña parte de la población celebra la Navidad el 25 de diciembre. “En Nochebuenas las personas cristianas van a la iglesia. Y el día de Navidad se preparan fiestas en las que participan incluso las personas mayores. Por la mañana suele haber conciertos en las plazas”, explica Breman Bah. En lo que sí coinciden, tanto cristianos como musulmanes, es en las celebraciones de Fin de Año. “Es una fiesta para todos: conciertos, fiestas en casas, las familias se juntan más...”, relata.
Los jóvenes disfrutan de la noche acudiendo a discotecas y a conciertos, eso sí, “siempre estrenando ropa. Sobre todo las chicas, suelen pedir a sus parejas que les compren zapatos, ropa o pelucas”. Aunque no hay platos imprescindibles en las mesas esa noche, todas las familias se afanan en poner sobre ellas los mejores manjares. Ni la Nochebuena ni la Nochevieja musulmana coinciden con nuestro calendario. “Después de cenar en familia, se va a la mezquita. Cuando llegan las dos de la madrugada se dice que los ángeles bajan para bendecir a todos”, explica cómo recibe el año nuevo la comunidad musulmana.