madrid - Una persona murió al día, entre 2015 y 2017, por alzar su voz para defender las libertades y derechos de la sociedad en su conjunto, una tendencia “preocupante. No pueden cumplirse los Derechos Humanos sin las voces valientes que contribuyan a la paz, la seguridad y el desarrollo sostenible”, afirmó la ONU ayer en un comunicado. En concreto, en 2017 al menos 312 activistas murieron asesinados en un total de 27 países, donde Brasil, Colombia y Filipinas encabezan la lista. De estas víctimas, de las que una de cada diez eran mujeres -en su mayoría indígenas-, más de dos terceras partes defendían derechos relativos a la tierra, el medio ambiente y los pueblos indígenas. - Efe