derio - ¿Qué opina del experimento del doctor He?

-Desde el punto de vista científico, sabíamos que se podía hacer y que iba a ocurrir. Porque ésta es una tecnología muy avanzada, pero es relativamente fácil de hacer. Y luego, pues la modificación de embriones humanos, con embriones defectuosos, si hay una enfermedad, en algunos países está permitida. Pero no de este modo, saltándose todos los controles y sin autorización de ningún comité ético, que en China los hay.

¿Ha dicho que es una tecnología sencilla?

-Este tipo de técnicas las utilizamos en nuestros centros y la gente tiene confianza en ellas y son buenas. Nosotros las utilizamos en experimentos para ver cómo evolucionan las enfermedades en animales y buscar terapias. Por ejemplo, en un trabajo que hemos hecho para una enfermedad rara, que hemos conseguido un fármaco que ha aprobado la EMA (Agencia Europea del Medicamento), el modelo experimental que se usó fue utilizar esa tecnología para tener un modelo animal de la enfermedad y probar un tratamiento. Hay que hacer hincapié en que la técnica es buena y que la edición génica es un gran hallazgo, pero este señor es un?

¿No se atreve a calificarlo?

-Si hubiese sido un trabajo de investigación en un embrión de un ratón y que se hubiese implantado y que hubiesen salido ratoncitos resistentes a no sé qué virus, pues sería un dato interesante. Uno espera que esos trabajos se vayan haciendo para allanar el campo a los estudios clínicos, pero esta técnica tiene un problema no resuelto; y es que además de plantear cuestiones éticas, puede producir mutaciones en otros genes.

¿Se desconoce si puede causar mutaciones no deseadas?

-Se sabe que lo puede hacer. O sea, es una tecnología con muchas posibilidades, fantástica para trabajar, incluso llegará un momento en que se empezará a utilizar en investigación clínica médica, y se hará en personas, pero inicialmente antes siempre tienes que hacer ajustes, con alguna enfermedad de difícil tratamiento y con todas las garantías de las agencias internacionales. No en un embrión sano.

¿Una cosa es curar y otra mejorar la especie?

-Claro. En su momento, se decidió una moratoria en el mundo científico. Se acordó que la tecnología tendría que avanzar algo más para pasar a fases clínicas y experimentar. Y modificar un embrión que vas a implantar es una fase avanzada, cuando la tecnología ya es muy, muy segura, porque cuando modificas un embrión todas las células de ese niño estarán modificadas. Y el efecto que tiene la modificación de ese único gen en la vida de una persona, incluso si se hace todo bien, en el envejecimiento, es impredecible; no se sabe.

Pero este señor dice que lo ha hecho para no trasmitir el sida de la madre a las hijas.

-Hoy en día hay técnicas muy robustas para evitar que el sida se transmita al hijo. Además, antes el sida era una sentencia de muerte, pero ahora ya se trata de una enfermedad crónica que tiene tratamiento. Da la sensación de que el doctor He buscaba más la publicidad, que realmente el hecho de curar una enfermedad. Creo que no le deberían haber dejado intervenir en la II Cumbre Mundial de Edición del Genoma Humano que se ha hecho en Hong Kong.

¿Esto perjudica a la comunidad científica?

-Sí, porque la comunidad científica tiene que ser prudente, sobre todo en la manipulación génica. Yo participé en la comisión ética de la Unesco que realizó la Declaración Universal del Genoma Humano en 1997. Y lo que se decía es que el genoma de cada persona no debe ser alterado, como norma. Lo que uno recibe aleatoriamente cuando se fecunda el óvulo, debe ser respetado. El genoma es del individuo. La comunidad científica fue muy respetuosa cuando surgió la clonación, que es duplicar el genoma, pese a que el genoma no debe ser alterado ni por supuesto copiado. Los beneficios tienen que superar con mucho a los riesgos para que se manipule el genoma. En este caso, más que beneficio, lo que hay es un riesgo sin determinar.

En todo caso, llegará el día en que habremos avanzado y podamos realizar este tipo de ediciones genéticas en humanos.

-Si la sociedad decide en un momento dado que esto es un gran avance y hay que hacerlo, porque la tecnología está madura, pues genial. Lo que no puede ser es hacerlo por notoriedad.

El doctor He ha dicho que “si la tecnología está disponible, podemos ayudar a gente que lo necesita”.

-Eso es cuestionable. Tú no puedes hacer lo que quieras. En Europa, seguramente esto sería un delito. Y en China tampoco contaba con el visto bueno de ningún comité ético y, por lo tanto, no está permitido. Si es como parece, este señor se ha saltado todo.

Él dice que ayuda a una familia.

-No estoy de acuerdo. Un caso muy sencillo: imagina que me apetece tener un hijo rubio, de ojos azules y de 1,90 y soy pequeño y moreno. Y claro, esa persona, cuando crezca, igual no quiere ser tan alta. Una cosa es que seas de 1,90, y otra que tus padres hayan tomado una decisión. No podemos tomar esa decisión. Cada uno es como es. Esto debe ser intocable. Otra cosa es hacer edición génica para combatir una enfermedad rara, horrible, para curar, pero es que no estamos listos para hacerlo.

Toda la comunidad científica ha saltado a decir que esto es deplorable.

-Por supuesto.

Sin embargo, se da una paradoja de que los resultados que se obtengan de este experimento serán de gran valía.

-Y habrá que seguir a esas niñas. Pero aunque todo vaya bien, y sean unas niñas sanas, y tengan una vida normal, qué injusto es que este hombre haya hecho algo por ponerse una medallita. Parece que en aras de la ciencia y de nuestro ego, podemos hacer lo que nos dé la gana. Pero no es así. De hecho, toda esa normativa que existe la hemos creado entre los científicos. Los científicos somos gente razonable a los que nos gusta lo que hacemos, pero no queremos dañar a nadie.

Las posibilidades son asombrosas.

-Se abren un montón de oportunidades. Y en enfermedades raras, en las que se da la mutación de un único gen, ahí sería muy efectivo. Luego ya, para la prevención de enfermedades comunes, modificando un gen, eso puede llegar a ser un problema.