Bilbao - Desde hace tiempo, esta doctora en Economía y experta en asuntos de conciliación ha sacado los colores al huso horario adoptado por España en tiempos de Franco con frases del estilo: “Si la jornada intensiva es rentable en verano, también sería factible el resto del año”. Desde entonces, Nuria Chinchilla (Barcelona, 1960) sigue renegando de esta forma anómala de vivir, trabajar, disfrutar del tiempo de ocio? “Vivimos en un jet lag constante”, resumía para insistir en que cambiar de huso horario sería tan sencillo -y tan beneficioso- como no mover las agujas del reloj en marzo.

Parece que por fin entra con fuerza en la agenda política el asunto del cambio de huso horario?

-Me parece ideal. Ahora se juntan los tres temas: el cambio de huso horario que tenemos que hacer para estar con Greenwich; el no-cambio de verano a invierno, que es de lo se está hablando en la Comisión, y la mejora en los horarios de trabajo. Y en mi opinión, esos tres asuntos tienen que estar lo más cercanos posibles. Y si ya están empezando a hablar de ese no-cambio de verano a invierno, es una buena manera de empezar a hacer los otros dos y de construir no por el tejado sino por las bases.

¿Cuál sería el cambio bueno: quedarnos en el de invierno o en el de verano?

-Si hacemos el cambio bien, es decir si nos quedamos con el huso occidental, el horario de invierno, estaremos en nuestro huso horario real y no nos levantaremos de noche sino con el sol. Y nos acostaremos cuando el sol se ponga. Esto es un gran avance con respecto a lo que tenemos. Y más porque está bastante estudiado que cada vez que se producen cambios horarios hay bastantes desordenes hormonales.

Aunque solo sean unos días, pero afecta a personas y a animales?

-A todos, claro. Ten en cuenta que estamos dos horas por delante de lo que nos tocaría. Si es que nos levantamos de noche? Todo eso es una locura. No tiene sentido.

¿Y cómo solucionar esa locura?

-Es tan sencillo como no cambiar nunca más el reloj. Y antes de que me lo pregunte, le diré que las Islas Canarias tendrán una hora menos porque ellos tampoco están en su huso horario. Siempre será una hora menos allí?

¿Por dónde empezar entonces?

-Lo primero es volver al horario de Greenwich. Volver al año 1942, cuando teníamos el horario que nos tocaba, el del sol? Pero gracias a que la Comisión Europea se está metiendo en tema de no cambiar horarios, en nuestro caso es tan simple con que en el mes de marzo no se cambie el horario.

¿Así de sencillo?

-Con ese no-cambio estaremos en el horario de Greenwich. Y con eso podríamos seguir mejor el ritmo circadiano con los horarios europeos. Va todo junto. Si vamos más con el sol, pues amanece a la hora que tiene que amanecer, anochece cuando tiene que anochecer y por lo tanto, también vamos a casa a una hora más temprana. Y ahí entraría ya el tema de que por ejemplo adelantemos la hora de comer para comer en menos tiempo y a partir de ahí podernos ir a las cinco a casa.

¿Realmente cree que ese nuevo ritmo de vida funcionaría?

-Será mucho más fácil cuando el sol se ponga... Vamos dos horas por delante del resto de Europa y nos acostamos mucho más tarde.

Y sin embargo nos levantamos a la misma hora?

-Ese es el problema que tenemos: que dormimos menos que el resto de Europa.

También tendrían que cambiar el famoso ‘prime time’ de las cadenas de televisión.

-También, claro.

En Catalunya creo que han hecho alguna experiencia piloto en alguna localidad y los comercios cierran a las siete de la tarde en vez de a las ocho? ¿Cómo fue la cosa?

-Muy bien. Ten cuenta que es una hora más para estar en casa; no es que trabajen menos, es que trabajan mejor porque han hecho más corta la comida. En lugar de dos horas, han estado una hora cerrados...

Todo esto redundaría en la conciliación laboral y familiar.

-Claro, tendríamos más tiempo para la vida personal, la familia, el tiempo de ocio o cada uno con su hobbies. Si no tenemos estos tiempos nos pasa lo que nos pasa.

¿Y qué pasa? No me deje así.

-Que no hay niños. Y cuando los tenemos, pues hay demasiados problemas porque no estamos en casa a la hora adecuada, no se ayuda en los deberes y en los estudios, y entonces llega el fracaso escolar. Y duermen poco?

Vaya, vaya.

-Hace falta un Pacto de Estado en España y es un buen momento bueno.

¿Por qué es un buen momento?

-Pues porque como se están metiendo con Franco todo el día, pues que se acuerden que fue en la época de Franco, en 1942, cuando nos fuimos de Greenwich por el tema de la segunda Guerra Mundial? Nos fuimos con Inglaterra, Francia y Portugal, pero Inglaterra y Portugal volvieron; y Francia está más cerca del otro meridiano. Por eso juego con eso de que Oigan, esto es franquista y tenemos que volver a nuestra normalidad. Creo que lo tienen bastante a mano los señores del Gobierno actual que tanto se meten con Franco, como para decir este es un tema que viene de aquella época, acabemos con ello.

Todo beneficios. ¿Hay alguien que se oponga al cambio de horario?

-Creo que hay alguna asociación en Baleares que dice que tendrían menos horas de sol? Pero no creo que por el tema del turismo en Baleares tengamos que fastidiar al resto de la península.

En resumen, que la conciliación laboral y personal, la natalidad, el rendimiento escolar? todo está influenciado por los horarios.

-Y la productividad por hora trabajada.

Insisto, todo beneficios.

-Pues sí. Es que en realidad es así de fuerte. Y los que hablan del ahorro en electricidad, pues yo creo que es al revés justamente porque abrimos la luz por la mañana dos horas antes porque no hay luz solar? Incluso alguna vez he pensado mal y me he dicho, Esto es tema de las compañías eléctricas que no quieren porque pierden dinero, pero esto tampoco es cierto porque hoy en día siempre está abierta la calefacción, el aire acondicionado? Vamos, que no es tan verdad eso del ahorro. Sí que se ahorraría en medicamentos y en salud en general.

Y en la salud mental.

-Exacto, exacto. El estrés que llevamos por el horario que tenemos es importante y eso somatiza muchas cosas.

¿Y porqué no se ha hecho antes?

-Para cualquier cambio, sin pensar mal de nadie ni de las eléctricas [risas], hace falta alguien que haga ese cambio de forma proactiva sabiendo que habrá un freno natural a ese cambio porque la gente está en su zona de confort. Quienes tienen que tomar la decisión son los políticos. Y tienen miedo a perder votos. Hasta que no tienen la seguridad de que ese algo no les va a quitar votos no se mueven? Recuerde que hace años hubo uno que aunque estábamos todos en desacuerdo hasta el final, luego dijimos menos mal que lo ha hecho.

Recuérdeme usted de quién habla. No caigo.

-Zapatero con el tabaco. Es lo mismo. La gente estará en contra al principio, pero luego van a estar más feliz que una perdiz.

Pues poco más ¿no?

-Adelante y a por todas.