Vitoria - No hay tregua. El mercurio se disparará nuevamente hoy en Euskadi en lo que, presumiblemente, será la última jornada de la ola de calor antes del cambio previsto para mañana debido a la entrada de un frente frío. Sin embargo, antes de eso habrá que hacer frente a una jornada asfixiante para la que la Dirección de Atención de Emergencias y Meteorología del Gobierno Vasco ha activado el aviso amarillo desde las 12.00 hasta las 19.00 horas “por temperaturas altas persistentes y temperaturas máximas extremas”. En este sentido, la Agencia Vasca de Meteorología-Euskalmet advierte de que habrá temperaturas altas extremas “que pueden llegar a los 37 grados”. En concreto, las temperaturas máximas podrían superar así los 32 grados en la zona costera, los 36 en la zona cantábrica interior y en zona de transición, y los 37 en la del eje del Ebro.
No obstante, después de una jornada intensa, mañana llegará el cambio. La jornada comenzará con ambiente soleado, viento del sur y calor, pero a lo largo del día se acercará un frente frío y el viento girará a oeste-noroeste y aumentará la nubosidad. Se pueden producir chubascos y no se descarta que puedan ser tormentosos. La temperatura descenderá por la tarde, indican desde Euskalmet.
GOLPE DE CALOR Con semejantes temperaturas, los expertos advierten de la necesidad de extremar las precauciones. Una bajada del nivel de consciencia, convulsiones, temperatura alta o piel muy caliente y seca son señales de que se sufre un golpe de calor, ante el que hay que actuar de inmediato y pedir asistencia médica para evitar colapsos como los que este verano ya han causado tres muertes. Estos son los síntomas que produce un golpe de calor, según explica la vicepresidenta de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (SemFYC), María Fernández, que insiste en que “es la situación más grave” que generan las altas temperaturas, por lo que hay que ir inmediatamente a un hospital o requerir atención médica de urgencia.
Según los datos del ministerio de Sanidad, el año pasado las altas temperaturas del verano causaron 20 fallecimientos. Durante un golpe de calor se produce “desorientación, confusión mental, fiebre que puede llegar a 40 grados, enrojecimiento y sequedad de la piel, respiración y presión cardiaca aceleradas e incluso pérdida de conocimiento”, relata José Luis Eymar, de los servicios de emergencia sanitarios de la Comunidad de Madrid. Para evitarlo hay que ingerir líquidos “cada media hora como mínimo y a pequeños tragos” y evitar el consumo de alcohol y de cafeína “porque deshidratan”, apuntan los expertos