Una aventura de ensueño. Un mes lejos de casa conociendo rincones de Euskal Herria que sorprenden por su historia y por su belleza. Treinta y un días en los que han estado conviviendo y conociendo diferentes maneras de ser y distintas maneras de expresarse en euskera. La primera etapa de EuskarAbentura comenzó el pasado 1 de julio en Maule-Lextarre y finalizaba ayer en la localidad de Getxo.

Ha sido una experiencia en que una marea naranja -camiseta identificativa de los participantes- ha recorrido los siete territorios ahondando en su patrimonio. Los 120 jóvenes de entre 16 y 17 años que se animaron a vivir esta ruta vuelven a sus casas con nuevos conocimientos y relatos que transmitir a sus familiares y amigos, aunque muchos de ellos han compartido EuskarAbentura con personas de su entorno. Es el caso de Asier Bolaño, de Berango. “Una persona de la organización vino al colegio a explicarnos en qué consistía y hablamos entre los amigos que sería divertido participar”, señala este joven “de 15 años para 16” (uno de los requisitos era cumplir esa edad durante 2018).

Prepararon la maleta y el pasado 1 de julio comenzaron un desafío en el que “la convivencia” ha sido uno de los valores que más han interiorizado los jóvenes. Muchos no se conocían entre sí, no en vano, el grupo se formó con chavales de los siete territorios. “Somos todos de la misma edad y nos hemos acoplado muy bien”, cuenta Eder Sánchez, de Lizarra, que a sus 16 años está disfrutando de “conocer Euskal Herria”.

Euskalkis El aprendizaje de valores, apostando por la igualdad, ha sido una constante en esta ruta que ayer mismo llegaba a su fin. Pero si hay una característica que más ha llamado la atención a los participantes han sido los diferentes euskalkis del euskera. “El que más me ha sorprendido es el de Lapurdi”, comenta Alba González, de Gasteiz. Quizá porque es el “más diferente” de los que había escuchado hasta la fecha esta joven de 16 años. Similar opinión comparte Cristina Márquez, de Zizurkil. A sus “15 años para 16” -resalta-, la joven precisa que “el de Lapurdi y el de Bizkaia son los que más me cuesta entender”.

Hegoalde e Iparralde han estado unidas a través de estas 31 etapas. Y para muchos de los jóvenes los parajes que han descubierto les han resultado muy atractivos. Tienen claro cuáles son sus favoritos. “Donibane Lohizune” es la ciudad que más ha gustado a Cristina y Alba que señalan que “es muy bonita, de postal”. Donibane Garazi también ha llamado la atención de Alba, al igual que a Asier, ya que “no había estado nunca”. Para Eder, “Maule porque fue nuestro primer control, y Getaria”.

Ayer martes finalizó la aventura en la que el regreso a casa estuvo marcado por la pena de dejar atrás a los nuevos amigos pero con las ganas de volver a ver a las familias. “Sí que tengo un poco de mono de la familia”, reconocía Asier mientras que Eder apuntaba que echaba “en falta a mi ama”.

Aunque la vuelta a casa sea irremediable, todos coinciden en señalar que sin lugar a dudas “repetirían la experiencia” y la recomiendan a todos aquellos que quieran disfrutar de EuskarAbentura y conocer diferentes rincones de Euskal Herria y distintos modos de hablar y expresarse en la lengua que a todos les une: el euskera.